Desde abril de 2016 que Oriol Junqueras no pisaba un mitin. Las restricciones pandémicas han impedido que su retorno pudiera ser un baño de masas. Poco más de a un centenar de personas lo han podido acompañar al Teatro Margarida Xirgu de Badalona este viernes por la noche, los que el aforo fijado por el Procicat permite. No ha sido, seguro, la reaparición soñada, pero a pesar de todo, encima del escenario ha vuelto el Junqueras de las grandes ocasiones con una dosis extra de emotividad. Su presencia en campaña es el revulsivo que el partido necesitaba para levantar el ánimo, después de que JxCat les haya atrapado en las encuestas.

 

Actuar ante de una platea forzosamente vacía no ha impedido a Junqueras recuperar su gancho. Fiel a su estilo, el vicepresident del 1-O ha inyectado moral ganadora a la candidatura de que, como consecuencia de su inhabilitación, encabeza su pupilo y mano derecha Pere Aragonès. "Si soy el candidato es porque lo Oriol está en la prisión", ha reconocido el actual vicepresidente, que se ha definido como "un eslabón más de la cadena".

El objetivo de la campaña de ERC es presentarse entre el electorado no independentista como un proyecto inclusivo y no como "una amenaza", que es como a menudo se percibe el independentismo. A todos ellos, Junqueras les ha explicado que ERC trabaja "para mejorar la vida de la gente" y "no dedica reproches a nadie". Y mientras pronunciaba la frase, un nudo en la garganta lo ha hecho detenerse. Pasada la emoción, ha recuperado la energía. "Nadie nos tiene que enseñar nada", ha lanzado a sus adversarios, recordando que su partido no tiene "ni un solo caso de corrupción". El líder de los republicanos ha afirmado que "ERC es el partido más perseguido y más reprimido" y que eso "no es por casualidad".

Consciente de que encabeza el partido con más frontera de voto a ambos lados, ha aprovechado su reaparición para advertir a los indecisos que "si no van a votar y si no gana ERC", "después les sabrá mal" durante los próximos cuatro años de legislatura, porque "si no gana ERC, ganarán los de siempre". Desde Suiza, Marta Rovira ha defendido que no quieren "imponer la República" sino que apuestan por "construir un proyecto integrador" y ha puesto como ejemplo el 3-O. 

La expectación por el retorno de los presos en campaña era tanta que incluso la cabeza de lista de la CUP y exalcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, ha querido acercarse a saludar a Junqueras.

La caña a Junts, para Rufián

Durante los días previos al inicio de la campaña, los socios de Gobierno rubricaron un pacto tácito de no agresión. Si bien es cierto que intentan evitarse en la medida del posible y focalizar a las críticas hacia el PSC, la tentación de dejarse arrastrar por|para los reproches sobrevuela cada uno de los actos que hacen unos y otros y, en los dos casos, se acaba escapando algún puñal.

El encargado de lanzarlo, hoy, ha sido Gabriel Rufián."Nos enfrentamos a gente que ha ganado tanto que piensa que el país es suyo". El diputado de ERC en el Congreso ha recordado a los de Puigedmont que "la magia es para el tarot o para los brujos" y que ahora lo que hace falta es "ser realistas".

"Mientras nos peleamos con según quien por el pasado le regalamos el futuro en otros", ha advertido, dando a entender que las discusiones permanentes entre JxCat y ERC sólo benefician al PSC.

Junqueras, Aragonès y Romeva subiendo al escenario / Sergi Alcàzar

Con un ojo puesto en el Supremo

Para que el presidente de ERC haya podido estar fuera para la carrera electoral hacia el 14-F ha hecho falta una carambola. Justamente este jueves, la conselleria de Justicia -en manos de ERC- concedía a los líderes independentistas el tercer grado. Gracias a este régimen de semilibertad, pueden pasar los fines de semana fuera del centro penitenciario y tienen que volver a dormir entre el lunes y jueves.

Ninguno de ellos se fía de que la situación dure mucho y dan por hecha la impugnación de la Fiscalía, como ya pasó en diciembre. El Supremo les revocó el tercer grado, justo en las puertas de Navidad. Ante la probabilidad de que se repita la misma secuencia, los republicanos aprovecharán al máximo los días que Junqueras esté fuera.