Los vídeos que la Fiscalía y la Abogacía del Estado han exhibido a lo largo del día de hoy ante el tribunal que juzga a los responsables del procés han mostrado concentraciones, protestas, resistencia pacífica, caceroladas, escraches..., pero no las imágenes de violencia generalizada que denunciaron buena parte de los agentes de la Guardia Civil y el CNP que testificaron ante la sala.

Algunos de los agentes aseguraron que habían vivido en Catalunya episodios de violencia que no habían encontrado nunca a lo largo de su carrera. Incluso lo compararon con la situación en el País Vasco durante los años de actividad de la organización terrorista ETA. Muchos de ellos denunciaron que habían sufrido el 1-O amenazas de muerte, agresiones, puñetazos, patadas en los testículos, aparte de escupitajos e insultos. Y caras de odio.

En el momento en que declararon no se pudo contrastar las imágenes con sus afirmaciones porque así lo decidió la sala, que acordó concentrar los vídeos en la fase de prueba documental. Esta decisión ha provocado una mañana caótica de la Fiscalía incapaz de ubicar los vídeos que exhibía como prueba en la primera jornada en que se han podido mostrar las imágenes.

A pesar de las dificultades con qué se ha tropezado el fiscal Jaime Moreno, hoy la sala ha podido contemplar -varias veces- el lanzamiento de la silla en el colegio de Sant Joan de Vilatorrada, que provocó la caída de un policía, una patada en la cabeza a un agente que se cae al suelo en Sant Esteve Sesrovires y un puñetazo que aparece detrás de un contenedor.

Sin embargo, aparte de estos episodios, las imágenes que han exhibido las acusaciones mostraban a centenares de personas protestando por los registros y detenciones del 20-S, miles en la concentración ante el departamento de Economía; se han visto escenas de las votaciones del 1-O; el paro de país del 3-O; escraches delante de los hoteles o cuarteles de la Guàrdia Civil. En muchos de estos vídeos aparecía la resistencia pacífica, gente sentada al suelo obstaculizando el paso de las comitivas o el acceso a los colegios el 1-O, o de pie y con los brazos enlazados o las manos en alto, gritos constantes de lemas independentistas, protestas... Se escuchaban también insultos y gritos de miedo.

Las caras de odio, sin embargo, no han acabado de aparecer. Ni tan sólo en las imágenes de las GoPro de los agentes que ofrecían un primer plano de las intervenciones. La fiscalía ha intentado no mostrar las cargas policiales, incluso en imágenes conocidas como las de Sant Martí de Sesgueioles, que se ha cortado en el momento en que la Guardia Civil empieza a actuar contra los concentrados. Pero sí se ha mostrado una de las cargas a través de la cámara del agente en la escuela Mediterránea de Barcelona, dónde la respuesta de los presentes era de miedo y desconcierto ante golpes de los policías que provocan graves lesiones.

Las acusaciones necesitan probar la violencia para sustentar los cargos y las penas más graves que se reclaman contra nueve de los acusados. La Fiscalía los acusa de rebelión, lo cual requiere un alzamiento violento, mientras que el delito de sedición, que les atribuye la Abogacía del Estado y que forma parte de los delitos contra el orden público, requiere un alzamiento público y tumultuario para impedir por la fuerza o fuera de las vías legales la aplicación de las leyes.

Aparte de los episodios con agentes policiales, los vídeos han mostrado también las intervenciones de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart el 20-S ante el departamento de Economía desde diferentes ángulos, llamando a la manifestación y a cortar las calles, pero reclamando en todo momento actitud pacífica y no violenta. "Lo que tenemos en frente es un Estado represor. Es como Turquía", advierte Cuixart en un video correspondiente a la manifestación del día siguiente, el 21 de Septiembre, delante del TSJC.

Asimismo, la Abogacía del Estado también ha mostrado actos políticos como la presentación del referéndum en el Teatro Nacional de Catalunya o el acto convocado por las entidades el 11 de junio del 2017, así como las campañas de publicidad del referéndum. La acusación popular de Vox se ha limitado a adherirse a los vídeos de la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Mañana será el turno de las defensas.