"Su sentencia no será sólo mi libertad, sino la libertad en mayúscula de muchas generaciones". Esta ha sido la advertencia que ha lanzado Dolors Bassa este martes a la sala segunda del Tribunal Supremo, durante el turno de última palabra. "No quería desobedecer la demanda del 80% de la población que pedía votar", ha defendido la exconsellera de Treball. "Desobediencia habría sido presentarnos con un programa y no cumplirlo", ha añadido.

En primer lugar, el exdirigente independentista ha negado los hechos que se le imputan. "Soy inocente y lo dice con la voz alta y clara", ha asegurado, recordando que "ninguna de las pruebas aportadas han podido se comprobadas" y que las acusaciones no están fundamentadas. En segundo lugar, ha subrayado que en 22 meses como consellera hizo su trabajo "honestamente" e "intentando acordar los mejores avances para toda la ciudadanía". Finalmente, ha dejado claro su rechazo a la violencia, que nunca ha promovido.

"Por todo eso aspiro a una sentencia absolutoria y pido la libertad para esperar la sentencia en casa", ha señalado Dolors Bassa. "Manteniendo estas ideas y convicciones más allá que antes de entrar en la prisión dejara mi acta de diputada. No he vuelto a tener ninguna representación, pero sigue siendo la misma", ha añadido.

La exconsellera de Treball ha hecho un balance de los meses de juicio, donde "la mayoría a veces me he entristecido", pero también se ha "indignado" y "escandalizado". Además, ha recordado que, mientras ella ha venido cada día desde la prisión de Alcalá Meco, el tribunal y las acusaciones "han venido de la calle".

Finalmente, Bassa ha admitido que "no sé si estamos en un juicio político o no", pero que "sí que puedo afirmar que, ante la exposición de argumentos de la Fiscalía, subyace un trasfondo político".