La imagen de España en el exterior está muy tocada. El descrédito internacional va en aumento y este domingo mismo, el diario 'El Mundo' ya ha admitido que la sentencia contra la cúpula independentista será tumbada en Estrasburgo a corto plazo. A este estado de ánimo se añade, también en el mismo medio, el exministro Josep Piqué, que afirma contundente que hoy en día, España, "con las dudas en su cohesión, no inspira credibilidad" y que "sin Europa, estaría condenada a bajar a segunda división immediatamente".

Piqué, que fue ministro de Industria y Energía, Asuntos Exteriores y Ciencia y Tecnología en los gobiernos de José María Aznar entre 1996 y 2003 además de presidente del Partido Popular en Catalunya en el periodo del 2003 en el 2007, protagoniza en 'El Mundo' una larga conversación con Martí Savalls que contempla bastantes temas de actualidad, desde geopolítica e inversiones hasta los cambios que ha sufrido el mundo a causa de la pandemia del coronavirus. Con todo, la atención se centra en sus puntos de vista sobre España y Catalunya, donde el exministro aprovecha para cuestionar la credibilidad del Estado español en la actualidad, la dimensión internacional del caso catalán y todavía se saca alguna espinilla histórica, al considerar que su partido fue "excluido" en la negociación del Estatuto aprobado en el 2006.

¿España, país de segunda división?

"España sin Europa estaría condenada a bajar a segunda división inmediatamente", admite Piqué al iniciar un bloque de la conversación sobre España, donde acepta que "la apuesta europea de España es una apuesta política vital que garantiza su prosperidad, cohesión e incluso democracia". Para el exministro, España sólo se salva por el cobijo del Banco Central Europeo, y a pesar de no ver riesgos de antieuropeísmo, considera que hay que tener una política exterior "sólida y con credibilidad" y que ahora no se da esta condición, porque "no puede haber política exterior sin cohesión interna".

Para Piqué, el principal problema de España es que "un país que está con dudas constantes sobre su cohesión interna es un país que no inspira credibilidad".

Catalunya, "un problema de política exterior"

Aunque la línea oficial de la política exterior española tanto con el PP como con el PSOE ha sido siempre que el caso de Catalunya es un asunto interno, esta misma semana Pablo Casado ya ha admitido que se trata de un problema europeo. Y Piqué también lo ve así: "El problema de Catalunya es un problema de política exterior y también un problema que afecta vitalmente a nuestro papel en Europa". De hecho, asegura que "las interferencias externas con respecto al procés de Catalunya buscan debilitar a España porque debilitar a España es debilitar a Europa".

En este contexto, el exministro considera que la situación en Catalunya no tiene solución "a corto plazo", ya que esta sólo podrá llegar "por una reflexión interna de la sociedad catalana" y considera que "la única posibilidad es que haya una decantación que sólo se puede expresar en las urnas"

Para Piqué hace falta que "surja la necesidad de que tenemos que superar esta división y que, por lo tanto, no podemos plantear cosas que todo el mundo sabe que son imposibles". A partir de esta referencia implícita a la independencia, el exministro se abona al discurso españolista según el cual "demasiado a menudo se habla de Catalunya cuando se está hablando de la Generalitat de Catalunya", porque, según su opinión, "no nos tenemos que olvidar nunca de esta otra mitad de la sociedad catalana que quiere seguir siendo española y formando parte de la UE".

Juegos de manos con el Estatut del 2006

Sobre el tema catalán, además, Piqué se afana por sacarse una espina clavada desde hace más 15 años, cuando su partido fue el único que no quiso negociar el nuevo Estatut, asegurando que un nuevo planteamiento del gobierno de España, "no sólo tiene que incluir este consenso interno sobre un futuro compartido y compartible, sino que tiene que ser producto del consenso básico en el Parlamento español". "Ya se quiso hacer el nuevo Estatuto [el del 2006] excluyendo al PP, no repetimos ahora aquel error", añade Piqué, que acto seguido afirma que "sólo se autoexcluyen los radicales", olvidando, eso sí, que fue el PP quien se situó fuera del consenso en la negociación del Estatut.

 

Imagen principal: Josep Piqué en una imagen del 2017 / ACN