Quien no sabe callar, no sabe hablar. Dicen que una imagen vale más que mil palabras y, en este caso, la frase hecha cobra mucho sentido si se cogen dos imágenes y se comparan. Después de que Jordi Cañas cargara contra el cartel de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de la manifestación del 11 de marzo al considerar que les había quedado un "saludo romano muy mono" y una "estética muy, muy..." sin acabar de decir el qué, ayer él apareció en la manifestación unionista de Sociedad Civil Catalana con un ademán similar al del dibujo de la entidad soberanista.

La paradoja, sin embargo, es que ayer Cañas fue fotografiado por El Nacional con un ademán similar. Muy similar. De hecho, tal y como se observa en la fotografía es el mismo ademán.

El saludo romano es aquel en el que se extiende el brazo recto hacia adelante. Y es que este saludo acabó asociándose con ideas fascistas, franquistas y del nazismo y, de hecho, en Italia está prohibida por ley desde 1952 si se utiliza para "realizar manifestaciones exteriores de carácter fascista", y puede llegar a ser castigada con un máximo de seis meses de cárcel y multas.

Precisamente por eso, los seguidores de Cañas en Twitter aprovecharon su tuit para comparar la imagen de la manifestación de la ANC con saludos de Franco o Hitler.

Lo que no sabían es que, una semana más tarde, Cañas acabaría haciendo el mismo saludo. Eso sí, hablando de los líderes soberanistas como "golpistas que huyen de la democracia en maleteros" y atribuyendo las actitudes independentistas a "discursos xenófobos y racistas".

Ahora bien, seguramente ni el dibujo del cartel de la ANC, ni el saludo de Cañas son como la que hacían los romanos con el brazo extendido hacia adelante y, además, según apunta un tuitero, era un saludo de paz.

De hecho, el saludo nazi también se hacía (y todavía se hace) con el brazo extendido.

Y es que, ya lo dicen, es mejor pensar antes de hablar.