El examen suspendido del expresidente del TC Francisco Pérez de los Cobos para ser magistrado del Tribunal de Estrasburgo, con cero puntos, no ha dejado indiferente. El catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona Joan Queralt lo ha descrito como la "historia de otro ridículo monumental" del Gobierno español. En este sentido, ha constatado que "los estándares de calidad internos nada tienen que ver con los europeos".
"En Europa no valen el amiguismo, la afinidad política, el nepotismo", ha escrito el jurista en un hilo en su cuenta de Twitter, donde sigue: "La colonización de los cargos públicos no es la norma". Es por eso que el también colaborador de El Nacional se pregunta "cómo puede aspirar a ser juez en Estrasburgo quien no sabe inglés ni francés". También se interroga sobre quién hizo la selección previa en el Estado español. "¿O es que no hubo más que un puro paripé, pura arbitrariedad, para colocar al amigo y/o pagar favores?", continúa.
Historia de otro ridículo monumental del Gobierno: los estándares de calidad (?) internos nada tienen que ver con los europeos. En Europa no vale el amiguismo, la afinidad política, el nepotismo. La colonización de los cargos públicos no es la norma
— Joan Queralt (@JoanQueralt) 21 de enero de 2018
Todos los méritos que en su día vendieron de Pérez de los Cobos para considerarle jurista de reconocida comepetencia dónde estaban en realidad? Se puede ser catedrático para ser encumbrado a lo más alto sin saber ni inglés ni francés?
— Joan Queralt (@JoanQueralt) 21 de enero de 2018
"La afinidad política, además ocultada, lo cubre todo: se busca fidelidad ciega a designio político, no la excelencia e integridad que impone la cacareada Constitución", asegura Queralt. "Todo vale para aferrarse al poder. Esta es su idea de democracia". El catedrático recuerda que no es la primera vez que eso pasa en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). "Es más, mucho más, que un ridículo".
Y una vez más la insignificancia de Ñ se ha puesto de relieve en Europa, pues no han tragado con la avería remitida. Y no es la primera vez que sucede, precisamente, con el TEDH. Es más, mucho más, que un ridículo
— Joan Queralt (@JoanQueralt) 21 de enero de 2018