El 11-M desembocó en la gran mentira de Aznar. El expresidente del Gobierno quiso vincular a ETA con el atentado de Madrid de justo hace 20 años. A 3 días de las elecciones españolas, el exlíder del PP quería impedir la vinculación del atentado como una respuesta a los intentos de invasión de España al Iraq y Afganistán. Gracias a la movilización popular, no lo consiguió. Ahora, un nuevo informe de la Ertzaintza -la policía del País Vasco- elaborado el 12 de marzo del 2004 (el día siguiente de los atentados) confirma los intentos del líder del PP de influir en la búsqueda de los autores del atentado y vincularlos con la organización terrorista del País Vasco.

En un documento "secreto" con el código 101L0400250 y bajo el título de 'Repercusiones del atentado de Atocha', un confidente de la policial vasca en la capital española relata como trasladó que el ejecutivo del Partido Popular "estaba intentando por todos los medios relacionar a ETA con los árabes hasta después de las elecciones generales". "Si no se conseguía, todos iban al paro", revela el informe publicado por elDiario.es.

El confidente 'Zulo'

El informador, con el sobrenombre de 'Zulo', tenía la calificación más alta como fuente en la base de datos de la Unidad de Información y Análisis (UIA) de la policía vasca. Entonces, la Ertzantza distinguía en tres niveles diferentes la clasificación de sus confidentes: A, B y C. La primera letra del abecedario representaban los mejores. En este caso, recibió la calificación de 'B' con respecto a fiabilidad, ya que la "información se tendría que trabajar un poco más".

En el informe, la policía vasca indica que "estas personas", es decir, los servicios secretos españoles y, por lo tanto, el gobierno estatal, "sabían desde el mediodía" de lo 11M que "había un coche con explosivos y algún documento árabe" –en referencia a la furgoneta localizada en Alcalá el mismo día 11 con siete detonadores y una cinta con versos coránicos– no pistas que condujeran a ETA.

De hecho, el CNI contactó con 'Zulo' a las 20 horas del 11 de marzo del 2004, el mismo día del atentado. El confidente también tenía contactos a la Guardia Civil y reportó que el Gobierno estaba bastante "fastidiado" porque sabían que no había sido ETA y sí Al-Qaeda. "Había que intentar por todos los medios relacionar a ETA con los árabes hasta las elecciones, ya que si eso no se conseguía, todos se iban al paro", se puede leer también el documento. Los servicios secretos llegaron a pedir a su interlocutor que, en su trabajo, hiciera el posible para difundir la tesis de la autoría de ETA o, al menos, sobre la relación con "los árabes" de la organización vasca. "Había que crear confusión hasta después de las elecciones, ya que había muy en juego", se indica también.