Miles de independentistas han llenado las calles de Barcelona un año más esta Diada nacional en la manifestación organizada por las entidades (la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, la AMI, el Consell per la República, el CIEMEN, la Intersindical y los CDR) bajo el lema "Més moitus que mai" para reivindicar la necesidad de que Catalunya sea un estado independiente en un contexto mucho complicado por el movimiento. A pesar de la desunión entre los partidos y la desmovilización general, con unas cifras de asistencia bien lejos de las que estaba la década pasada, los gritos a favor de la independencia se han vuelto a hacer oír en las calles de la capital catalana en una jornada marcada por la amenaza de lluvia (aunque finalmente han sido más necesarias las gafas de sol que los paraguas durante el recorrido) en lo que es la segunda Diada de la nueva etapa política en el país, con un Govern socialista y la ley de amnistía aprobada. Según datos de la Guardia Urbana, en Barcelona se han manifestado unas 28.000 personas y al conjunto de Catalunya, con las protestas descentralizadas en Girona y Tortosa, 41.000. Los organizadores, sin embargo, han desdicho esta cifra y han asegurado que el total de manifestantes entre las tres convocatorias supera los 100.000, hablando de uno "lección para aquellos que dan por muerto el movimiento independentistas". Sea como sea, es la manifestación con menos asistencia desde 2011.

Con el radar del Meteo.cat abierto
La manifestación ha empezado puntual a las 17:14 minutos, aunque en algunos momentos de la mañana se ha llegado a sufrir por la movilización. Muchos manifestantes iban comprobando el radar del Meteo.cat para saber si les tocaría correr. A partir de las 16 h, en el Born ya se ha empezado a llenar de esteladas y manifestantes de todas las edades: desde la gente mayor que no acostumbra a fallar a la cita, a familias con niños y mucha juventud. La jornada ha estado muy marcada también, como no podía ser de otra manera, por la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de decapitar buena parte del decreto del Govern que debía, teóricamente, que blindar la escuela en catalán. En la cabecera de la manifestación había los líderes de las entidades convocantes, entre ellos Lluís Llach, que como presidente de la ANC ha sido el encargado de leer el manifiesto unitario al final del acto, y Xavier Antich. Paralela a esta manifestación, Aliança Catalana había convocado su propia protesta, con una Sílvia Orriols venerada por los suyos, pero las dos movilizaciones se han acabado juntando. Parte de los manifestantes, como el exlíder de la CUP, David Fernàndez, han protestado contra su presencia y se han producido algunos enfrentamientos.
Las proclamas de siempre
Aunque las cifras de asistencia quedan muy lejos de las movilizaciones históricas de la década pasada ("¡Cuando veníamos hace años a estas manis, había un millón de personas!", explicaba un abuelo a sus nietos vestidos con una camiseta de la senyera del Barça durante el recorrido), las proclamas que más se han repetido han sido las de siempre. Muchos gritos a favor de la independencia, en contra del Estado español, pero también contra el Govern de la Generalitat liderado por Salvador Illa y su estrategia de normalización política que el independentismo se afana por desmentir en las calles. Se ha vuelto a sentir el "1 de octubre, ni oblit ni perdó", "els carrers seran sempre nostres" o "fora el Borbón". Felipe VI ha sido el protagonista final del acto, ya que se ha desplegado una pancarta gigante suya boca abajo. Los grupos más críticos con los partidos independentistas han cargado contra sus líderes. Gracias a los tractores que ocupaban uno de los carriles paralelos a la manifestación y algunas motos que iban en marcha lenta, estos cánticos han sido acompañados de sus bocinas. En diferentes tramos de la manifestación, los independentistas han cantado el himno nacional de Catalunya, Els Segadors y algunos músicos acompañados de sus instrumentos han amenizado el trayecto sonando algunos grandes hits del procés.
Representación de los partidos
La sentencia del TSJC supuso una chispa para la movilización de este jueves, 11 de septiembre, en un contexto bien complicado por el movimiento independentista. Estos han perdido su mayoría en el Parlament de Catalunya después de una década mandando a la Generalitat, pero, además, se ha perdido cualquier rastro de unidad de acción con cada uno de ellos con sus propias prioridades y con una relación diferente con el Govern de Salvador Illa. Las diferentes formaciones, sin embargo, han hecho acto de presencia a la manifestación de la Diada: toda la plana mayor de Junts ha hecho acto de presencia, encabezados por su secretario general, Jordi Turull, mientras Carles Puigdemont, presidente del partido, ha vivido su octava Diada en el exilio. Por parte de ERC, que ha tenido que suspender su acto político ante los aguaceros de la mañana, también había su secretaría general, Elisenda Alamany, mientras que Oriol Junqueras se ha ausentado, y parte de la dirección.
Desde la CUP, también ha asistido una representación de su Secretariat Nacional antes de terminar hacia la convocatoria de la izquierda independentista. En general, los militantes de estos partidos no llevaban ningún elemento identificativo, mientras que los de Aliança Catalana llevaban decenas de banderas con el logo de la formación. Los asistentes a la convocatoria del partido han aclamado a Orriols (que se ha marchado antes de que Llach empezara su discurso) y han pronunciado proclamas como "Sílvia Orriols, la nostra presidenta", "Sílvia Orriols es la solució", "Puigdemont, traïdor," "No és immigració, es una invasió".