Catalunya tendrá su particular 'Superdomingo'. El próximo 26 de mayo los catalanes están citados a las urnas en una doble jornada electoral para decidir sus nuevos representantes municipales y europeos. En otro momento las elecciones en el Parlamento Europeo pasarían, más bien, desapercibidas y se verían totalmente eclipasadas por las municipales. Sólo hay que recordar que en las anteriores, que tuvieron lugar en 2014, la participación no llegó al 50% del electorado. El contexto político actual, sin embargo, todo lo cambia.

El independentismo tiene claro que para el proceso catalán es primordial vender el relato en el ámbito internacional y, así, ganar a la opinión pública. Por eso, uno de los objetivos de las posibles candidaturas que se acaben formando será denunciar la represión y la existencia de presos políticos. En este sentido, es clave la apuesta de ERC de poner Oriol Junqueras como cabeza de lista, ya que hará evidente la excepcionalidad de la situación a Catalunya. Además las elecciones caen en medio del proceso judicial --probablemente habrá acabado el juicio pero todavía no se conocerá la sentencia--.

Esta denuncia de la situación, sin embargo, el independentismo la tendrá que hacer a través de listas separadas. "Las izquierdas con las izquierdas y los otros con los otros", sentenciaba este jueves pasado el portavoz de ERC al Congreso, Joan Tardà. Cerraba así una semana que se iniciaba con la propuesta de Arnaldo Otegi de hacer un frente común de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, y que llegaba a su máximo exponente con la oferta sorpresa del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, de ir de número dos a una lista liderada por Oriol Junqueras.

Los republicanos, sin embargo, no quieren ni oír la posibilidad de reeditar otro Junts pel Sí. Desde la calle Calàbria defienden que el independentismo suma más votos cuando va por separado y cada fuerza política intenta rascar apoyos desde su espacio. Lo ven clave para "ampliar la base" y superar el tope del 47% que ha votado anteriormente a favor de la independencia. ERC, pues, apuesta por ir solos o por hacer alianzas con las izquierdas en todas las elecciones, y así lo harán también a las europeas.

¿ERC, con Bildu y el BNG?

De hecho, ERC hace semanas que explora una posible alianza con EH-Bildu y el BNG y, según reveló este jueves Tardà, las negociaciones para hacer una candidatura conjunta avanzan a buen ritmo. El partido de Junqueras ya se ha presentado en coalición con los nacionalistas vascos, gallegos y canarios en otras ocasiones. Así lo hicieron en 2009, bajo la candidatura 'La Europa de los Pueblos', aunque en 2014 no la acabaron reeditando. Entonces, se presentaron a los comicios en solitario, para marcar diferencias en un momento en que el proceso soberanista estaba a flor de piel antes de la consulta del 9-N, y ganaron las elecciones a Catalunya.

Ahora, los republicanos se miran las europeas como una manera de buscar el voto republicano español anti-represión. La alianza con los nacionalistas de izquierdas vascos y gallegos les permitiría recoger estos votos, pero Junqueras, como cabeza de lista, aspira a reunir muchos más y quiere que su lista sea una clara denuncia de la situación de los presos. En las elecciones en el Parlamento Europeo, el Estado español es una sola circunscripción, por lo que un catalán puede votar un partido que se presente en otra comunidad autónoma y al revés.

Reformulación de JxCat y dudas de la CUP

Por otra parte, en las filas post-convergentes todavía hay muchas dudas sobre como se presentarán a las elecciones, después de fracasar el enèsim intento de hacer una lista unitaria del independentismo. Hay que recordar que en la última ocasión todavía lo hicieron bajo la marca electoral de Convergència y Unión, en coalición con el PNV, y sacaron dos diputados a Ramón Tremosa y Francesc Gambús. El primero fue a las filas de ALDE, de donde ahora han sido expulsados, y el segundo al Partido Popular. La situación, pues, obliga este espacio a reformularse de manera exponencial.

En estos momentos, todavía no se sabe cómo se presentarán, si se revalidaría la alianza con el PNV -más difícil ahora después del distanciamiento entre Puigdemont y lehendakari Iñigo Urkullu por la DUI-, ni quien podría ser el candidato. De momento, Puigdemont se ha desmarcado si no es para hacer tándem con Junqueras.

Finalmente, la CUP también ha abierto el debate sobre si se presentarán a las elecciones europeas. Todavía no hay ninguna decisión tomada, pero parece que los integrantes de su consejo político apuestan más por no concurrir, aunque lo hacen divididos. Los cupaires no se habían presentado nunca a las europeas, en coherencia con su antieuropeísmo, pero hace unas semanas -en la reunión del partido en Perpinyà- abrieron la puerta a hacerlo como denuncia de la situación política.

Dificultades para los presos y exiliados

A todo eso, sin embargo, habrá que sumar las posibles dificultades, ya no políticas, sino técnicas con las que se pueden encontrar las candidaturas que apuesten por candidatos que estén presos o exiliados. La Junta Electoral Central ha advertido esta semana que la promesa del cargo de eurodiputados se tiene que hacer físicamente en Madrid. Este hecho, cerraría la puerta a que Puigdemont o la cupaire Anna Gabriel pudieran ser eurodiputados, ya que si fueran a Madrid, serían detenidos.

En el caso de Junqueras, o el de cualquier otro preso, si todavía estuviera encerrado de forma preventiva, tendría que obtener un permiso penitenciario para ir ante la Junta Electoral. Por no hablar de la imposibilidad de que existiría si ya hubiera habido una sentencia condenatoria y hubieran sido inhabilitados. Además, aún habría de otros como la imposibilidad de delegar el voto en la Eurocámara.

Así pues, todavía hay muchas incógnitas por cerrar desde ahora hasta mayo, por lo que los próximos meses se prevén intensos dentro de las filas independentistas