El segundo debate de política general de Salvador Illa como president de la Generalitat comenzará este martes en el Parlament marcado por las mismas incógnitas que ha arrastrado su ejecutivo tras 14 meses de gobierno del PSC en solitario. Sobre el hemiciclo continuará planeando la inquietud ante la falta de presupuestos o las dudas al rededor del compromiso de una nueva financiación singular, que ya protagonizaron el debate de política general de hace un año. En aquel pleno, Illa presentó su propuesta estrella de la legislatura, el compromiso sobre la construcción de 50.000 nuevas viviendas públicas hasta 2030.

Fuentes del Govern avanzan que también esta vez el president centrará su discurso en "los problemas de la ciudadanía y los retos de país", como son la vivienda, la seguridad, sanidad o la educación. No obstante, para impulsar estos proyectos, Illa necesita aprobar los presupuestos de la Generalitat.El curso pasado, el Govern de Illa renunció a presentar los presupuestos para el 2024, pero tampoco consiguió aprobar los de este año, como se había propuesto; y tuvo que prorrogar una vez más las cuentas que el conseller Jaume Giró confeccionó para 2023. Tras unos meses en que ha tenido que alimentar las arcas de la Generalitat a golpe de suplemento de crédito -lo cual ha obligado a la consellera de Economia, Alícia Romero, a largas negociaciones con los socios de investidura, ERC y Comuns, hasta aprobar tres decretos que suman un total de 3.936,7 millones de euros-, el Govern se encuentra de nuevo atascado en un escenario muy similar al del otoño pasado, hasta el punto de que aún no ha podido concretar un calendario para la presentación del proyecto de presupuestos del año que viene, que según la ley, debería estar aprobado antes de que acabe el año.

Financiación

ERC advierte que hasta que no tenga cerrado el acuerdo sobre la nueva financiación no habrá negociación de presupuestos. Los Comuns tampoco quieren quedarse atrás y este mismo lunes advertían al Govern que si no se cumplen los acuerdos pendientes, esencialmente en materia de vivienda, no se sentarán a negociar las nuevas cuentas. El PSC posicionamiento de los Comuns no quita el sueño a nadie en el Palau de la Generalitat, según admite el PSC, pero mucho más complicada resulta la exigencia de ERC. Oriol Junqueras, que esta semana ha anunciado que volverá a ser candidato a presidir la Generalitat, exige concretar un acuerdo sobre la nueva financiación, que debe servir a su partido para explicar a sus votantes las razones por las cuales abrieron la puerta del Palau de la Generalitat a Illa.

Sin embargo, para avanzar en este tema, es necesario que el gobierno español mueva ficha y, de momento, la Moncloa tiene suficiente trabajo en intentar preservar la imagen de Pedro Sánchez, asediado por diferentes casos de irregularidades que afectan a su entorno más cercano, antes que abrir un melón tan complicado como es la financiación autonómica. Tampoco el hecho de que la ministra de Hacienda y vicepresidenta, María Jesús Montero, tenga que asumir en los próximos meses la candidatura del PSOE a la Junta de Andalucía ayuda a que avance este tema, un hit en las trifulcas electorales andaluzas. Sin embargo, Pedro Sánchez aseguró el pasado 21 de septiembre en la Festa de la Rosa que habrá una nueva financiación esta legislatura. Al día siguiente, desde el Govern, el conseller de Presidència, Albert Dalmau, aseguró que se acordaría antes de acabar este año.

El calendario, sin embargo, no está resultando fácil para el ejecutivo de Illa. De momento, el Govern ya ha tenido que renunciar al compromiso cerrado con ERC de asumir a partir del próximo año la gestión del IRPF desde la Generalitat y este punto ha quedado aplazado hasta el 2028.

"Normalización"

En estos meses, el discurso de la "normalización" política ha sido uno de los motivos recurrentes del president de la Generalitat después que el PSC consiguió romper la mayoría independentista en el Parlament. Sin duda, este argumento volverá a convertirse en uno de los protagonistas de su discurso, aunque tropieza con la negativa del Tribunal Supremo a aplicar la amnistía a los líderes del procés, lo cual ha impedido el regreso del president Carles Puigdemont y mantiene inhabilitado al líder de ERC, Oriol Junqueras. Seguro que Illa volverá a reclamar la aplicación de la amnistía que ha defendido en todo tipo de fórums desde que esta ley recibió el aval del Tribunal Constitucional.

En este regreso a la normalidad, Illa insistirá en poner el acento en la mejora de la situación económica en Cataluña y las perspectivas de crecimiento, a partir de su propuesta de "prosperidad compartida". En este punto, el regreso de empresas catalanas que habían trasladado su sede durante el procés, se ha convertido también en uno de los argumentos recurrentes.

Proyección exterior

Sin duda alguna en el discurso del president habrá también presencia para la situación en Gaza. De hecho, el conflicto de Israel con los palestinos ya apareció en las primeras páginas del discurso del pasado año. En política exterior, el alineamiento del Govern con la Moncloa es también absoluto. A lo largo de este año, el apoyo del ministerio de Exteriores a la Generalitat ha girado como un calcetín en relación a los anteriores ejecutivos catalanes. El Ministerio se ha convertido en un firme aliado de Illa en sus salidas al exterior.

Precisamente, el capítulo de proyección exterior es uno de los que más ha cuidado el president durante el último curso, con viajes a China, para reforzar los vínculos económicos con la primera potencia económica mundial, siguiendo el camino trazado por el ejecutivo de Pedro Sánchez, y previamente con una gira por Japón y Corea. El Govern ha anunciado la apertura de tres nuevas delegaciones en el exterior en China, Canadá y en el Mediterráneo Oriental y este será uno de los argumentos que exhibirá para contentar a los socios de ERC. Las idas y venidas a Bruselas de Illa han sido repetidas, al igual que a otras capitales europeas, con motivo del regreso de la Generalitat a las reuniones del Comité de Regiones, tras años de bajo perfil, y a raíz de la presidencia de los llamados Cuatro motores para Europa, que agrupa a Catalunya, Lombardía, Auvernia-Ródano-Alpes y Baden-Württemberg. Esta misma semana, Illa ha visitado el Vaticano donde ha sido recibido por el papa León XIV

El president volverá a subir el martes al atril del Parlament para hacer balance del curso pasado y exponer las líneas maestras del próximo sabiendo que, tras estos primeros 14 meses de gobierno en solitario del PSC, los sondeos más benévolos, los del CEO, le pronostican un mantenimiento electoral, mientras que la última encuesta publicada, por La Vanguardia, le augura una caída de 6 diputados, lo cual le haría pasar de 42 a 36 diputados, aunque mantiene la primera posición en un Parlament muy fragmentado. No obstante, Illa se ve beneficiado por la incapacidad que ha demostrado la oposición para articular una mayoría sólida. Al final, la oposición se acaba convirtiendo en la gran aliada del president.