El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado este jueves que tendrá un control de las personas que rechacen vacunarse, y a las que se ha ofrecido el fármaco y lo han declinado. Illa lo ha justificado por la necesidad de "tener garantías" sanitarias, y ha precisado que "no habrá una lista pública" de estas personas. Sobre si se creará una cartilla de vacunación, el ministro ha dejado esta posibilidad en el aire: "Eso no está decidido, ya lo veremos", ha respondido.

Lo que sí que contempla es la creación de un registro específico de vacunación, que recogerá, entre otros aspectos, la identificación de la persona vacunada, pero también la de los que declinen hacerlo. Illa ha asegurado que eso se realizará "con todas las garantías de privacidad (...) Pero tenemos que poder comprobar, a medida que vaya evolucionando el proceso de vacunación, que no hay nadie a quien, siendo ciudadano español o residente en el país, no le ha sido ofrecida la posibilidad de una vacuna", ha añadido.

"Todo ciudadano español tendrá acceso a una vacuna segura y eficaz si se la quiere poner. Nosotros tenemos que saber que al 'ciudadano X' se le ha ofrecido la posibilidad de vacunarse y que él ha decidido no hacerlo", ha argumentado. En este sentido, ha dejado claro que "no habrá ninguna lista pública, ni mucho menos; es una práctica habitual y se hace con todas las garantías de la ley de protección de datos".

La campaña de vacunación arrancará el domingo en el estado español con una primera remesa de dosis del fármaco de Pfizer BioNTech, de la que llegarán algo más de 4,5 millones de dosis en las próximas doce semanas a un ritmo de alrededor de 350.000 unidades semanales, ha recordado Illa a Efe.

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El ministro de Sanidad, Salvador Illa / EFE

Esta primera tanda llegará el sábado a Guadalajara, donde la farmacéutica tiene un almacén. "Por esta razón, y por ninguna otra", ha insistido el ministro, que ha incidido en que "lo relevante" es que todas las comunidades empezarán a administrar el preparado a los grupos prioritarios de riesgo más vulnerables. Comunidades como Madrid han lamentado la cantidad de dosis que recibirán, pero el ministro ha sido contundente: "Quien quiera convertir una esperanza en una disputa política volverá a cometer un error". "Hay sin duda quien quiere convertir eso en un terreno de disputa política, pero nosotros no lo haremos. Yo creo que se equivocan mucho y me parece que es un mal camino, pero cada uno decide lo que quiere hacer en la vida", ha reflexionado.

Illa ha explicado que el proceso de vacunación será gradual y que "no dependerá del bolsillo, del poder adquisitivo o del estatus social", sino de lo "que han dicho los expertos", y tampoco "discriminará por ningún tipo de razón". Preguntado por si los inmigrantes en una situación administrativa irregular también podrán acceder de manera gratuita al fármaco, el ministro ha respondido que "a las personas que llegan a nuestro país se les hace una PCR y no se les pregunta cómo han llegado. En este sentido, España nunca ha tenido una actitud discriminatoria con nadie, al contrario".

La mejor estrategia para asegurar el éxito de la campaña de vacunación de Covid-19 "no es tanto la sanción o la amenaza, sino el convencimiento y la persuasión, explicando que las vacunas salvan vidas, que lo han hecho históricamente y que lo volverán a hacer y resolviendo todas las dudas legítimas que pueda tener la ciudadanía", ha añadido.

Según Illa, vacunar "es un acto de solidaridad, no es sólo un acto de egoísmo de 'yo me vacuno para que no me contagie", sino que es también para evitar contagiar a los demás". "La vía no es la de obligar, amenazar, penalizar, sino la de explicar, persuadir, convencer, ser transparente, tener un programa de farmacovigilancia muy estricto, un plan especial que se está haciendo; esta es la vía por la que apostamos en España", ha concluido.