Hay comunidades autónomas que actúan correctamente y después está la Comunidad de Madrid. Entre líneas, eso es lo que ha venido a decir el ministro Salvador Illa este jueves en el Congreso de los Diputados, donde ha comparecido para informar y justificar el estado de alarma aplicado a ocho municipios de Madrid, incluida la capital española. Las últimas medidas decretadas en Catalunya, con el cierre de bares y restaurantes, le han servido de ejemplo de buena y rápida actuación para evitar medidas más drásticas en el futuro. También lo que están haciendo otros países, como Francia en sus principales áreas metropolitanas. "La salud pública es lo único que nos importa", ha dejado claro.

En su comparecencia en la cámara baja, el ministro de Sanidad ha subrayado que la mayoría de comunidades autónomas han ido adoptando medidas de restricciones con datos muy inferiores a los de Madrid. Es el caso de la Generalitat, uno de los ejemplos que ha utilizado, que ha anunciado "medidas más estrictas, como el cierre de bares y restaurantes, para reducir al máximo posible el riesgo y evitar medidas todavía más estrictas".

"Las comunidades están actuando con determinación y contundencia. Se lo quiero agradecer desde esta tribuna", ha asegurado Salvador Illa, que también ha hecho referencia a los confinamientos en Murcia, las dos Castillas, el País Valencià, Navarra, La Rioja, Aragón, Andalucía, Extremadura o las Baleares. Es decir, prácticamente todas menos la Comunidad de Madrid. "Están tomando decisiones rápidas y anticipándose para evitar mayores incrementos", ha contrapuesto.

Como ya lleva haciendo desde que decretó el estado de alarma en Madrid, el dirigente socialista ha hecho una cronología de los encontronazos con Madrid, que se negó a adoptar unas medidas que la misma comunidad había acordado con el Ministerio. Ante el inmovilismo de Ayuso, La Moncloa decidió tomar las riendas. Ha reiterado que las medidas adoptadas son las mismas que antes del estado de alarma, que "son medidas de mínimos", y que su único objetivo es "doblegar la curva en los territorios más afectados por la pandemia y minimizar el impacto social y económico".

"La gran mayoría de comunidades han ido tomando decisiones en esta línea con indicadores más bajos de los acordados en el Consejo Interterritorial", ha remarcado, en varias ocasiones el ministro de Sanidad. "La obligación de cualquier administración es frenar el virus", ha defendido. En este contexto, ha avisado de que la situación hoy es "frágil" y "preocupante", y que por lo tanto "no hay que bajar la guardia".

Ante la polémica por los objetivos de incidencia acumulada, el ministro socialista ha afirmado que el objetivo "no es bajar de 500, sino mucho más, a 100 o mucho más". Ha recordado como el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades califica como "preocupante" una incidencia superior a 60, como "muy alto riesgo" una incidencia superior a 120 y como "riesgo máximo" una incidencia superior a 240.

Con respecto a la duración, de momento no ha contemplado ninguna prórroga. Con las dos semanas de estado de alarma, serán 23 días con estas medidas. "Confiamos en que sean suficientes", ha deseado. Ha hecho un llamamiento a abandonar "disputas estériles".