Pocas horas antes de entrar en la cárcel, José Luis Ábalos encendió el ventilador y comenzó a atacar frontalmente al Gobierno y, especialmente, a Pedro Sánchez. Así, aseguró que el presidente había negociado directamente con Arnaldo Otegi la posición de EH Bildu en la moción de censura, algo que tanto el PSOE como el abertzale niegan; cargó contra la vicepresidenta Yolanda Díaz por haberle tildado de "golf" y pidió que aclarara si la vivienda asignada a los ministros y sus familias la podía emplear personas sin derecho, sembrando dudas sobre la líder de Sumar; y también contra Begoña Gómez, manifestando que tiene un papel clave en la intervención del Gobierno en el rescate de Air Europa en 2020. Para el ejecutivo, sin embargo, todas estas declaraciones solo demuestran la desesperación de alguien que, en su momento, formó parte del Consejo de Ministros. "Es una persona desesperada", ha asegurado la ministra y líder de los socialistas del País Valenciano, Diana Morant. Hay que recordar que Ábalos fue el número dos del partido en las listas por Valencia, cuando ya había sido apartado del Gobierno y de la secretaría de organización del PSOE, solo por detrás de Morant.
"Seguramente se pensaba que sería impune toda su vida, que había accedido a un lugar de poder, abusando de la confianza de un partido que no tiene nada que ver con esto", ha reflexionado Morant en una entrevista a TVE, en línea con los intentos tanto del PSOE como del Gobierno de alejarse tanto como sea posible de una persona que ha sido clave en la historia reciente del partido. "Es un diputado del Grupo Mixto", han afirmado en las últimas horas fuentes de la formación.
Ábalos, sin credibilidad
En la misma línea, Morant ha descrito como "vergonzosa" la imagen de la entrada en prisión de Ábalos y su exasesor, Koldo García, que este viernes se ha negado a declarar ante la Audiencia Nacional por el caso de la compra de mascarillas por parte del gobierno de las Canarias durante la pandemia. Dos palabras que la valenciana ha tildado de "sinvergüenzas", negando, sin embargo, que este hecho la haga sentir mal a ella como política. Además, también ha negado que el Ejecutivo esté preocupado por las amenazas del exministro, ya que lo que pueda decir Ábalos "no vale nada". "Más que amenazas, me parece que son una especie de estrategia a la desesperada que también han empleado Koldo y Aldama", ha espetado Morant antes de reiterar lo que ha sido el discurso del partido desde que estalló la crisis y, sobre todo, después de que esta se agravara con la implicación de Santos Cerdán en junio: "Hay unas personas, o tres sinvergüenzas, que se aprovecharon del partido y de aquellos que en aquel momento confiaron en ellos. Les doy cero credibilidad".