La guerra abierta dentro del Partido Popular es total: los barones del partido, los medios de comunicación, la oposición, los proCasado y los proAyuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, acusó la cúpula de los populares de espiarla para buscarle algún resquicio de corrupción. Y el líder de la formación, Pablo Casado, a través de su mano derecha y secretario general del PP, Teodoro García Egea, contraatacó amenazándola con la expulsión. Dirigentes activos e inactivos populares se han pronunciado y los barones han empezado a mover ficha, y todas las críticas contra Génova se concentran en García Egea. Es por eso que, según el periodista Carlos Cuesta a OkDiario, el secretario general y hombre de confianza de Casado, ha decidido dar el paso y proponer su dimisión. "Presidente: si soy yo el obstáculo, me voy". 

Los barones del Partido Popular están notablemente molestos con el circo mediático y político que se ha desatado entre las dos figuras más importantes del partido. Han pedido dos cosas. La primera, que Feijóo sea el portavoz de sus quejas, "porque él, quién más autoridad tiene", le pida a Casado que los reciba en una reunión "sobre el futuro del partido". La segunda demanda es que la guerra civil popular acabe con un cabeza de turco, y este es García Egea, o si no es así, se tiene que solucionar con un congreso nacional "cuanto antes mejor". Según explica ElMundo, la opinión generalizada es que si Casado echa en García Egea, puede tener uno dique de contención.

Unas primarias o un congreso para decidir al nuevo líder del PP es la crónica de una muerte anunciada de un Casado que no recibe el apoyo ni del 15% de sus votantes. De hecho, según la encuesta de IMOP-Insights, un 71% de los votantes populares quiere Ayuso como presidenta del Gobierno. Sólo un 14,5% votaría por el liderazgo del actual líder, Casado. Y no sólo eso. De entre las personas consultadas, más de la mitad -un 59%- muestran su apoyo a la presidenta de la Comunidad de Madrid y creen que tiene razón al denunciar que han fabricado "presuntas corrupciones" para manchar su imagen y echarla de la carrera por el liderazgo.

La última maniobra de Casado y Génova, la sede del partido PP, ha sido "creer" las explicaciones de Ayuso sobre la presunta comisión de su hermano y cerrar el expediente a "cambio de nada". Es decir, Casado estira el freno de mano, hace marcha atrás, y ahora sí que le sirven las explicaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid y empieza a dar pasos para acabar con la maniobra disciplinaría que su hombre de confianza, Teodoro García-Egea, inició con mi dura en reacción a la rueda de prensa del jueves pasado de Ayuso. Una dirección nacional popular muy erosionada por la presión de todos los sectores internos y externos del partido, que ha desembocado en varias dimisiones, ha anunciado que el Comité de Derechos y Garantías se reunirá para cerrar el expediente contra Ayuso.

El presidente nacional ha declarado que "el comunicado hecho público por la Comunidad de Madrid aportando la información requerida sobre la contratación de emergencia durante la pandemia se incorporará al expediente informativo abierto por el Partido Popular para concluir satisfactoriamente". Además, ha asegurado que "nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales de su entorno y que emprenderá acciones legales contra cualquiera que afirme el contrario". Casado con este movimiento baja la escalada de tensiones entre Ayuso y Génova, después de haber escenificado actuaciones nunca vistas en política española, como son las acusaciones de tráfico de influencias y el espionaje sucio.