La estatua del general Franco volverá hoy a las calles de Barcelona una vez quede inaugurada en la explanada del Born Centre Cultural la polémica exposición del Ayuntamiento Franco, Victoria, República, Impunidad y espacio urbano. CiU y ERC ya han anunciado que no asistirán al acto de presentación. Pero tampoco estará la alcaldesa, Ada Colau, que se encuentra en Quito participando en la cumbre Habitat III.

Caballo y jinete aparecerán en medio de la polvareda levantada desde el pasado mes de agosto cuando el Ayuntamiento anunció que rescataría de los almacenes municipales tanto al Franco ecuestre de Josep Viladomat, que fue decapitado en el 2013, como a la Victoria que Frederic Marès esculpió para el Cinc d'Oros.

Permisividad con los símbolos

El acto de presentación estará encabezado por el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y el comisionado de Programas de Memoria, Ricard Vinyes. Según el consistorio, "esta exposición muestra la permisividad con los símbolos de la dictadura a partir de la peripecia de tres estatuas –la República, la ecuestre de Franco y la Victoria– y de la actitud de sus autores, Marès y Viladomat, que trabajaron para la República, contribuyeron a la exaltación de la dictadura y fueron reconocidos por la democracia".

CiU ha reprochado que la exhibición es "una ofensa a la memoria de generaciones enteras que han luchado por la libertad de nuestro país y en contra del régimen franquista", además de considerar que pone de manifiesto la voluntad del gobierno Colau de desvirtuar el Born Centre Cultural y "lo que representa como memorial de la derrota de 1714 y de la voluntad de los catalanes para recuperar su libertad".

Protestas ciudadanas

Desde las redes se ha impulsado una campaña de Change.org con el título Sí al Born, no a Franco, que ayer le faltaban 300 firmas para llegar a las 10.000. "Exigimos que no se haga ninguna exhibición pública de un asesino y que se pida perdón por los hechos y comentarios públicos que se han hecho de nuestros símbolos", reclaman los impulsores.

Asimismo, desde las redes se están impulsando concentraciones de protesta, que podrían contar con el apoyo de asociaciones como La Coronela de Barcelona, según ha confirmado un portavoz de esta organización, pese a matizar que no participarán con la vestimenta que les ha hecho populares.

Abstención de la CUP

La polémica sobre la exposición tuvo un repunte a mediados de septiembre cuando la comisión de Cultura de l'Ayuntamiento de Barcelona debatió una proposición del grupo municipal de CiU que emplaza al gobierno a reconsiderar la oportunidad de "exhibir esculturas en la vía pública relacionadas con la dictadura fascista".

Aquella moción no prosperó por la abstención de la CUP. Tuvo el apoyo de CiU y ERC y el voto en contra de En Comú Podem y PSC. No obstante, el hecho que los cuperos se alinearan con PP y Ciutadans en la abstención tumbó la iniciativa y avivó, de nuevo, la polémica.

Al argumentar su voto, la cupera Maria Rovira emplazó al gobierno municipal a cambiar la ubicación de la muestra y situarla al final de las Ramblas, donde se encuentra el monumento a Colón –"para después hacer limpieza y sacar a la vez la estatua del dictador y la del colonizador"– o bien en el Museo Olímpico – "para barrer al mismo tiempo la estatua y el nombre de Samaranch".