Mil días. Este es el tiempo que lleva la presidenta del Parlament Carme Forcadell entre rejas. Su calvario se inició el 9 de noviembre del 2017, cuando el juez instructor del Tribunal Supremo Pablo Llanera decretó prisión preventiva bajo fianza de 150.000 euros. Al día siguiente, Forcadell, investigada por los delitos de rebelión y sedición, salió de la prisión. Ahora bien, finalmente, el 23 de marzo del 2018 el magistrado dictaminó prisión preventiva para Forcadell al considerar que existía riesgo de fuga, así como reiteración de los delitos.

"Hoy hace 1.000 días que estoy encarcelada injustamente por haber defendido el libre debate democrático en el Parlament", ha escrito Forcadell en su cuenta de Twitter, a quién el Tribunal Supremo condenó el 14 de octubre del 2019 a once años y medio de prisión por los delitos de sedición y malversación de fondos, principalmente, por haber permitido que la cámara catalana debatiera y aprobara en un pleno la ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República, que determinaba el camino que tenía que seguir Catalunya para convertirse en un estado independiente.

Firme en sus convicciones

A pesar de hacer mil jornadas que está entre rejas, Forcadell se mantiene firme en sus ideales y dice que eso no ha hecho cambiar su opinión. "Los días y las noches de prisión no cambiarán nuestra conciencia ni nuestro convencimiento de construir un país más justo y libre", ha manifestado en Twitter.

En su caso, como los otros presos políticos, los jueces penitenciarios le concedieron el tercer grado, un régimen de semilibertad que a mediados de julio les permitió salir de sus centros penitenciarios. Ahora bien, la Fiscalía recurrió esta resolución al Tribunal Supremo. En este contexto, para los presos políticos que están en Lledoners se decretó medidas cautelares para que no pudieran salir de la prisión hasta que no hubiera una resolución firme de la corte sentenciadora.

En cambio, en el caso de la consellera Dolors Bassa y de Carme Forcadell, a finales de julio, el juzgado penitenciario número 1 de Barcelona estimó pertinente mantenerles este régimen de semilibertad hasta que se pronunciara el TS. Este, finalmente, resolvió en contra de los presos políticos y les revocó el tercer grado al considerar que este se había otorgado de manera prematura, ya que ninguno de los condenados había cumplido la mitad de la pena y muchos de ellos ni la cuarta parte. Eso llevó que tanto Bassa como Forcadell volvieran de forma permanente a la prisión, que en el caso de la presidenta del Parlament ingresó en la cárcel de Wad-Ras el 4 de diciembre, pocos minutos antes de las nueve de la noche, hora límite que tenía para entrar al centro.

Apoyo en las redes

Forcadell ha recibido apoyo en las redes sociales como el de la eurodiputada de ERC Diana Riba. "Mil días de prisión por haber defendido la libertad de expresión en el Parlament de Catalunya. Mil días de injusticia y de ignominia. Mil días de vergüenza democrática. Siempre contigo".

El reclamo por su libertad también ha llegado hoy al Parlament de Catalunya, donde la diputada Irene Fornos ha tenido un recuerdo para ella. "Hoy lleva 1.000 días injustamente encarcelada. Presidenta, te queremos y te queremos libre", ha destacado Fornos.

También ha mostrado su solidaridad Núria Gispert, quien también presidió esta cámara. "Hoy hace 1.000 dias que la presidenta Forcadell está en la prisión. ¡Exigimos su libertad!", ha declarado en Twitter.

Manifestación

Por su parte, la Assemblea Nacional Catalana, entidad que Forcadell presidió entre el 2012 y 2015, ha convocado una concentración a las ocho de la noche en la plaza de la Vila de Gràcia de Barcelona y a las siete en la plaza de la Paeria de Lleida para exigir su libertad, así como denunciar que es presa política del estado español.

En relación con sus compañeros, Forcadell es quien lleva menos tiempo en prisión. En el caso de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez hace 1.157 noches que están entre rejas; Oriol Junqueras y Quim Forn, 1.140; Josep Rull, Jordi Turull, Dolors Bassa y Raül Romeva, 1.031 noches.