Nuevo tropiezo para la Flotilla de la Libertad que se dirige hacia Gaza con la intención de romper el bloqueo y llevar ayuda humanitaria a la Franja. En las últimas horas, esta ha tenido que paralizar su viaje, después de que uno de los barcos, el JohnnyM, que la conforman sufriera un escape en la sala de máquinas, hecho que le impide continuar con su ruta. La idea de los organizadores es que las personas que viajaban en esta embarcación sean reubicadas en otros o bien los dejarán en tierra. Con todo, afirman que a pesar de este paro "temporal", esta incidencia no tendría que causar retrasos notables en la misión y esperan llegar a Gaza en "cuatro días". El pasado viernes ya se averió otro de los barcos que navegaban rumbo a la Franja. Era la embarcación donde, hasta entonces, viajaba la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el Family Boat. Con todo, ella fue reubicada en otras embarcaciones. En este mes de viaje, las incidencias han sido constantes.

Este fin de semana, la Global Sumud Flotilla zarpó de la isla griega de Creta, donde habían tenido que hacer parada a raíz de unos de estos problemas técnicos, para empezar la recta final de su misión hacia Gaza. El sábado noche, casi una cuarentena de embarcaciones ya habían llegado a aguas internacionales y el resto se les sumó durante la madrugada del domingo. Los miembros de las embarcaciones temen un ataque de Israel, que ha avisado reiteradamente de que impedirá su entrada en Gaza: "Israel impedirá que las embarcaciones entren en zona de combate peligrosa", ha afirmado el portavoz del ministerio de Exteriores israelí, Eden Bar Tal, afirmando que harían "todo el posible para proteger la seguridad de los pasajeros".

Barcos de España e Italia

Unas 50 personas que conforman la expedición son provenientes del Estado español, entre las cuales la misma Colau, el concejal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Coronas; o la diputada en el Parlament de la CUP, Pilar Castillejo. El miércoles pasado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que enviaría un barco desde Cartagena "equipado con todos los medios por si es necesario asistir a la Flotilla", defendiendo su derecho a "navegar por el Mediterráneo en condiciones de seguridad". La idea de Sánchez es ayudar a "rescatar" a los integrantes de la misión si "hay alguna dificultad". Por su parte, el gobierno italiano también ha enviado barcos militares para dar asistencia a la flotilla humanitaria, después de que sus integrantes denunciaran un nuevo ataque con drones. De todos modos, la presidenta italiana, Giorgia Meloni, ha estado muy dura contra la misión, tildándola de "gratuita, peligrosa e irresponsable". "No hay necesidad de arriesgar la propia seguridad entrante en una zona de guerra para entrar ayuda a Gaza que el gobierno italiano habría podido entregar en pocas horas".