Catalunya está amenazada con perder autonomía. Cuando menos, es lo que sostiene el expresidente del Gobierno, Felipe González, que tras expresar que es partidario de la participación política de los presos políticos, ha vuelto ahora a su tono habitual, muy combativo con el independentismo catalán. En una entrevista en el periódico El Mundo, el exdirigente socialista advierte a los dirigentes soberanistas que Catalunya "está más cerca de perder autonomía que de ganar independencia" y apela al "sentido de la responsabilidad" para que abandonen la cuestión catalana.

En la entrevista, González también augura que el president Puigdemont no será reelegido por el Parlament ya que se está siguiendo la misma estrategia que en los plenos del 6 y 7 de septiembre, cuando la Cámara catalana aprobó las leyes de desconexión. De cara a la sesión de investidura del president, en la que se pretende que se lo invista de forma telemática, sostiene que el Gobierno de Rajoy tiene que actuar ipso facto. "Espero que el Gobierno, en este caso, no haga lo que hizo entonces: esperar a ver qué pasa el 1-O".

González parece renegar del proceso de construcción autonómica y rehúsa responsabilidades por haber contribuido a la causa independentista. El expresidente español considera que el procés es resultado de la autonomía, que se consiguió —según considera— bajo la premisa de la lengua propia, pero que de verdad tenía detrás una "una intencionalidad política que iba nutriendo una especie de irredentismo nacionalista".