El congreso del PP huele la victoria ante un Pedro Sánchez que no consigue salir del pozo. A la hora de la intervención del presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, la sala gigantesca donde se celebra la cumbre, en el pabellón 10 de Ifema, se ha llenado hasta los topes, multiplicando la capacidad del auditorio, con gente de pie en los pasillos y, posiblemente, incumpliendo un rosario de normativas. Nadie se ha querido perder el congreso que tiene que consolidar la llegada a la Moncloa. Ni la hierática Isabel Díaz Ayuso, que no se ha desprendido de su sonrisa inexpresiva. Ni José María Aznar, que la víspera había mostrado su discurso más áspero y que hoy ha aprovechado para firmar libros y hacerse selfies con los admiradores.
Era una imagen buscada por el PP, la exhibición de fuerza y moral de victoria, que el propio Feijóo se ha encargado de contrastar con las caras largas y la tensión del comité federal del PSOE que este mismo sábado se ha celebrado en la otra punta de la capital española. El político gallego incluso se ha presentado ante los militantes al ritmo de Ramones, aprovechando que el Hey Ho! Let's go! del grupo de punk rock, rima con su nombre.
Romay Beccaria i Arenas
En medio del aquelarre popular, Feijóo ha invocado todas las almas del partido, no ha dejado ni un rincón de la calle Génova sin repasar. En su intervención, ha citado uno por uno a todos los miembros de la nueva ejecutiva y el comité directivo. Entre las cinco incorporaciones que han entrado por designación expresa del presidente del partido, está José Manuel Romay Beccaría, de 92 años. "El que me metió en todo eso", ha explicado en referencia al exministro de Sanidad con José María Aznar, que inició su carrera durante el franquismo. Entre estas cinco designaciones ha recuperado también a Cayetana Álvarez de Toledo, uno de los nombres más aplaudidos.
Romay no ha sido el único veterano que Feijóo ha repescado para la cúpula popular. A propuesta de Aznar, como él mismo ha explicado, ha incorporado al exvicepresidente del gobierno Javier Arenas. "Para reforzar la cuota de renovación, me dijo el presidente Aznar, que venga el joven Arenas," ha ironizado.
"Por el cambio"
Feijóo ha presentado el equipo que tiene que liderar el partido en el camino hacia la Moncloa esgrimiendo un discurso "por el cambio". "Eso es lo que toca. Y si no conseguimos el cambio, hemos fracasado en este congreso por muy bien que salga", ha advertido.
En su discurso no ha faltado algún momento de emoción del líder, cuando ha evocado que nació en un pueblo donde no había calles y hoy es candidato a la presidencia de España; ni el aire de cambio de etapa de un Feijóo que ha recordado que se afilió al partido el año 2000, cuando oyó a Aznar en el congreso de Sevilla decir que el PP era un partido "de centro reformista, casa común de la democracia cristiana, del liberalismo y el conservadurismo".
"Si hago como él, echadme"
Feijóo ha recordado que se ha presentado cinco veces a las elecciones y ha ganado las cinco, cuatro con mayoría absoluta en Galicia; y ha asegurado que ha ganado porque ha sido "un presidente libre", y que piensa hacer lo mismo en la Moncloa, poniendo el gobierno por delante del partido. El candidato ha acabado su intervención con un aviso, asegurando que no le pasarán ni una al gobierno. "Ni al que hoy se arrastra ni al que haremos", ha dicho, antes de acabar con una petición curiosa: No soy como él ni quiero un partido que me lo consienta. No me lo consintáis. Si hago lo que hace él, echadme del partido", ha reclamado.
Por si no quedaba suficientemente claro el estado de ánimo del PP, este sábado el congreso se ha cerrado con una cena oficial en una plaza de Ifema. "Empezarán sirviendo bebida, después, comida y bebida, hay baile y hay barra libre, no falta nada", ha anunciado el presidente del congreso, el badalonés Xavier Garcia Albiol, mientras los asistentes esperaba saber los resultados de la votación que ratifica la nueva cúpula de Feijóo con una mayoría a la búlgara.