Los partidarios del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI), un grupo contrario al régimen de los ayatollahs, no sólo financió la campaña de Vox para las elecciones europeas de este grupo españolista en el 2014, también pagó el día a día de la formación hasta que llegaron los comicios europeos.

El exilio iraní financió el alquiler de la sede del partido (en la calle Diego de León de Madrid), los sueldos de la plantilla, el sueldo de Santiago Abascal, muebles y ordenadores, asegura El País. Vox ingresó estos donativos internacionales en una caja común que sirvió para pagar gastos desde el nacimiento del partido, según indica una hoja de cálculo secreta de las donaciones que ha recibido Vox a la cual ha tenido acceso el citado medio.

La primera transferencia que recibió Vox del CNRI fue de 1.156,22 euros el 17 de diciembre de 2013, el mismo día que el partido se inscribió en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior. "El exilio iraní no sólo pagó la campaña europea de 2014, también puso en marcha Vox", admite el primer presidente y fundador de la formación españolista, Alejo Vidal Quadras en el rotativo.

Vidal-Quadras habría entrado en contacto con el lobby iraní mientras era eurodiputado por el Partido Popular. El Consejo Nacional de la Resistencia reparte generosos fondos entre los políticos europeos y americanos (algunos de ellos también reciben jugosos pagos para participar en conferencias de la organización), pero Vidal-Quadras niega haberse beneficiado. El líder españolista, cuando era eurodiputado del PP, incluso habría estado en Irak para visitar los campamentos de los opositores iraníes. El País afirmó la semana pasada que Vidal-Quadras, que abandonó el partido después del fracaso electoral, informó a Santiago Abascal, que tomó la dirección del partido, del origen de los fondos.

Los simpatizantes de la organización iraní enviaron un total de 971.890,56 euros a la cuenta de Vox entre diciembre de 2013 y abril de 2014. "Santiago Abascal lo sabía todo, le expliqué mi relación con el CNRI y le dije que nos financiaba. Le pareció bien. Estaba encantado. No puso ninguna pega", relata Vidal Quadras.

Según los movimientos bancarios a los que ha tenido acceso El País, durante unos cinco meses, seguidores del CNRI de una quincena de países hincharon la cuenta de VOX. La aportación mínima fue de 60 euros, la máxima de 35.560,32, que llegó en febrero de 2014 de un constructor iraní. Durante los cinco primeros meses de vida, Vox recibió 141 transferencias procedentes de un millar de iraníes.