Los eurodiputados que forman parte de la misión sobre la inmersión lingüística han iniciado este martes la segunda jornada de reuniones. Todo ello, después de que el lunes se confirmara el sesgo político del operativo orquestado por los eurogrupos de la derecha, la ultraderecha y los liberales: de los siete encuentros, seis fueron con voces españolistas y solo una fue con una defensora del modelo catalán. El martes por la mañana, los representantes del Parlamento Europeo se han reunido con miembros del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, y han visitado dos escuelas del Prat de Llobregat, una en que se implementa la inmersión lingüística y otra en que se aplica el 25%.

Es después del paro para comer, a partir de las 15 horas, cuando los eurodiputados se reúnen con la Fundación Bofill, un think tank que impulsa investigaciones, debates e iniciativas en torno al mundo de la educación. Se trata de la única organización de la sociedad civil favorable a la inmersión que ha conseguido permiso para participar en la misión, aparte del sindicato Ustec. Según explicó en ElNacional.cat la jefa de proyectos de la Fundación Bofill, Elena Sintes, durante el encuentro la fundación expondrá los resultados de las investigaciones y evidencias que "demuestran que el modelo de escuela catalana consigue el objetivo de capacitar en catalán y castellano el conjunto del alumnado", explicará los aspectos positivos de la inmersión para evitar la segregación lingüística del alumnado, y señalará que los retos del sistema educativo catalán "en ningún caso tienen nada que ver" con la vehicularidad del catalán.

Precisamente con este objetivo, la Fundación Bofill presentará un informe "sintético pero con mucho rigor" sobre por qué el catalán es clave para luchar contra las desigualdades educativas. En él, se incide que el modelo educativo del país "no separa a los alumnos en función de su origen o lengua familiar, sino que los agrupa todos en la misma aula". Este hecho, precisamente, pretende evitar la división de la sociedad catalana en comunidades lingüísticas separadas. "Este es el pilar fundamental de la convivencia y la cohesión social".

 

El catalán no provoca desigualdades

A lo largo del documento, se incide en diversos otros puntos. Por ejemplo, el hecho de que todavía hoy, muchos niños y jóvenes "no tienen ningún otro espacio para aprender o hablar catalán de manera normal y cotidiana de que no sea la escuela". De hecho, un 20,9% de adolescentes "no dispone de ningún contacto activo con el catalán" fuera de las aulas. También se señala que el modelo catalán ha producido "unos resultados globalmente satisfactorios" a la hora de garantizar un conocimiento suficiente del catalán y el castellano al finalizar la enseñanza obligatoria. Y se incide que el catalán no es responsable de las desigualdades educativas. "Las diferencias en los resultados escolares no están relacionadas con la lengua de escolarización, sino con características socioeconómicas, socioculturales y del contexto escolar", afirma el documento. Para concluir, se constata que el catalán en la escuela "es un garante de inclusión social", y no uno de los aspectos a mejorar del sistema educativo.