Cuando se acerca la polémica fiesta de la Hispanidad, el cainismo político español ha estallado en las estatuas. Y ha seguido en las redes sociales. Y es que la estatua dedicada al socialista Francisco Largo Caballero, quien fue presidente del Gobierno durante la II República, ha aparecido con una pintada donde se puede leer "Asesino" y "Rojos no".

El ataque se ha producido dos semanas después de que el Ayuntamiento de Madrid, con los votos a favor de Cs, PP y Vox, decidiera retirar los nombres de la avenida Francisco Largo Caballero y del bulevar Indalecio Prieto, así como la placa en la plaza de Chamberí dedicado al primero, además de instar a la eliminación de las estatuas erigidas en nuevos ministerios en su memoria.

Por otra parte, Vox ha anunciado que un grupo de seguidores realizarán una vigilancia nocturna en torno a la estatua de Colón en Valladolid para "evitar que la vandalicen grupos de ultraizquierda, como viene pasando estos últimos años cada 12 de octubre." Y es que el año pasado por esta fecha, el monumento fue manchado con pintura roja y alguien escribió la siguiente consigna: "Españolismo es fascismo".

La cosa no se ha quedado aquí, ya que los partidos han decidido seguir con las disputas en las redes sociales. El PSOE ha denunciado el ataque a la estatua de Largo Caballero y ha asegurado que "defenderemos nuestra historia con uñas y dientes".

"No permitiremos que la derecha y la ultraderecha mientan con campañas de incitación al odio y revisionismo histórico. Han borrado su nombre de la calle. La consecuencia directa es este acto vandálico que condenamos", han criticado.

En una respuesta a un tuit de denuncia por este ataque del ministro de Transportes, José Luís Ábalos, Vox ha lanzado una amenaza directa. "Derogad la Ley de Memoria Histórica. Primer aviso", han lanzado.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha querido entrar en la disputa respondiendo con la misma fórmula: "Abandonad el fascismo. Primer aviso".