El acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es genérico y sin detalle. Pero la sala del Congreso de los Diputados donde se ha firmado tiene su misterio. En el fondo de casi todas las fotos y vídeos del acontecimiento se ve el grabado "Entrada del General Espartero en Madrid el día 29 de julio de 1854", de Vicente Urrabieta (1813-1879). Baldomero Espartero, Duque de la Victoria, es el mismo que dijo (y practicó): Por el bien de España, hay que bombardear Barcelona una vez cada cincuenta años. Si la elección de ese fondo no es casual, el mensaje que se esconde no es muy halagüeño para los catalanes.

Pablo Iglesias Pedro Sánchez preacuerdo gobierno EFE

El grabado, entre Sánchez e Iglesias (EFE)

También podría ser poco halagüeño para la Corona. La estampa alude al final de la llamada Revolución de 1854 o Vicalvarada, uno más de los pronunciamentos militares del siglo XIX en España. Este lo causaron las maquinaciones de la Corona contra las Cortes, hasta el punto de que algunos militares entre los llamados progresistas y demócratas temieron que la monarquía acabara con el sistema parlamentario. A un primer levantamiento militar fallido en Madrid le siguió otro en Barcelona, el 14 de julio de 1854, esta vez con apoyo de los obreros, que se amotinaron. Esta insurrección barcelonesa se extendió por toda España.

Asustada, la reina Isabel II, que bajo mano encabezaba el sector conservador, también comandado por militares (igual que la oposición), destituyó al gobierno e hizo llamar a Espartero, retirado en Logroño. El Duque de la Victoria exigió la convocatoria de Cortes Constituyentes, que la reina madre María Cristina respondiera de las acusaciones de corrupción y que la reina Isabel publicara un manifiesto reconociendo los errores cometidos.

Isabel II aceptó todo enseguida. El 26 de julio nombró a Espartero presidente del consejo de ministros. El 29, Espartero entraba triunfal en Madrid. Este es el momento que representa el grabado. ¿Consecuencias? La reina madre, Maria Cristina de Borbón, tuvo exiliarse a Francia. La corona perdió poder a manos del gobierno y las Cortes. Arranca el llamado bienio progresista (1854-1856), momento clave en el despegue de Joan Prim, un general reusense que, en los años por venir, sería uno de los cabecillas de la Revolución de 1868, que echaría a los Borbones de España.

Lo más seguro es que todo sea una casualidad.