Cuando Xavier Trias (Barcelona, 1946) se contagió de coronavirus, no hacía ni dos meses de la intervención de ultrasonidos a que se sometió para eliminar los temblores que hacía años que sufría y que habían llegado a convertirse en incapacitantes. Tras varios días seguidos con fiebre por culpa de la Covid-19, la situación se complicó y el exalcalde de Barcelona, médico de profesión, tuvo que ser hospitalizado en el Clínic. Allí ha pasado los últimos diez días, hasta que este martes el equipo médico ha convenido darle el alta. Trias, exconseller de Salud con Jordi Pujol, comparte su vivencia con ElNacional.cat en una conversación telefónica desde las cuatro paredes de la habitación de su casa donde deberá permanecer aislado de su mujer durante los próximos catorce días. 

¿Cómo se encuentra?
Me encuentro bien. Ingresé hace diez días. Llevaba ocho días ya mal. El último día ya empecé a tener una pulmonía bilateral, en los dos pulmones, con problemas de oxigenación. Fue cuando decidí ir al Clínic y sólo llegar ya me pusieron oxígeno. He vivido lo que es gente trabajando como locos, dedicados plenamente, creando buen ambiente. Médicos, enfermeras, auxiliares, que trabajan en unas condiciones muy difíciles para no infectarse. Es un trabajo y una situación muy pesada. He vivido en directo una situación muy especial, porque aunque podrían estar enfadados, los he encontrado ilusionados y con ganas de hacernos la vida fácil.

La situación de los médicos, enfermeras y auxiliares es muy pesada. Aunque podrían estar enfadados, los he encontrado ilusionados

¿Sabe cómo se contagió?
Fui a un entrenamiento donde coincidí con un conjunto de gente de los cuales cinco hemos quedado afectados. Uno de ellos, un magnífico cirujano del Hosptial del Mar que ha muerto. Pasaron cinco o seis días. Empecé un cuadro de fiebre alta, con tos que cada vez iba a más. Hasta que un día por la noche me medí la saturación de oxígeno y decidí ir corriendo al Clínic.

¿Le hicieron el famoso test?
Me lo habían hecho ya unos días antes cuando estaba en casa y dio positivo. Y cuando ingresé me pusieron en una unidad que normalmente hace cirugía cardiaca y que ahora hace coronavirus. Me pusieron oxígeno y mejoré con el tratamiento que aconsejan, el de la investigación de Oriol Mitjà. Pediría a todo el mundo que le hiciera caso.

¿Y ahora qué?
He dejado de necesitar oxígeno. Tengo una bombona por si acaso, pero ya no necesito. Ahora hay que recuperarse de los efectos del tratamiento, que te deja muy fastidiado, y de la neumonía bilateral, que lleva tiempo.

Y aislado...
Sí, durante catorce días. Hemos dividido el piso en dos partes, una para mi mujer y la otra para mí. No es un problema sólo de uno. Yo que ya lo he pasado teóricamente ya no puedo volver a enfermar pero el riesgo es contagiar. Aunque creo que ya estoy limpio, hay una cosa básica que es cumplir con lo que aconsejan las personas que saben, como Oriol Mitjà.

Si no me hubiera intervenido de los temblores, no habría podido comer

¿Como le ha afectado en la recuperación de la intervención a la que se sometió hace un par de meses para eliminar los temblores de la mano?
Lo que tengo ahora es como si me hubiera atropellado un tranvía. Y realmente si no se me hubiera hecho la intervención esta para eliminar los temblores, habría sido mucho peor, porque no habría podido comer. La mano izquierda me sigue temblando pero la derecha la he podido utilizar. Mientras estaba ingresado no dejaba de pensar "madre mía como sería que te tuvieran que dar la comida".

¿Cómo ha visto la situación en el Hospital Clínic? ¿El centro da abasto?
Es una situación difícil porque tienen mucha presión de trabajo en las salas, en las habitaciones. No puede entrar a verte a nadie que no vaya vestido con todas las protecciones. Ponen todas las ganas del mundo. Es bonito ver como a pesar de trabajar en condiciones muy duras mantienen el optimismo.

Se hicieron recortes, pero el problema real de la sanidad en todo el Estado es que está mal financiada. Estamos muy maltratados

¿Los recortes que se hicieron entre el 2010 y el 2012 han debilitado el sistema sanitario hasta el punto de complicar la capacidad de respuesta contra el coronavirus?
Es una de las mentiras mayores de la historia. Se hicieron recortes, pero el problema real de la sanidad en todo el Estado es que es una sanidad mal financiada. Los traspasos del año 1981 se hicieron en condiciones a coste real y no se ha cumplido nunca. Eso genera indignación y hace que mucha gente crea que el Estado español está configurado de una manera que no se ve por ningún sitio la plurinacionalidad. Estamos muy maltratados. La excusa es hablar de los recortes para hacer daño a algunos partidos pero la realidad no es sólo esta de los recortes, que también, sino que el sistema de financiación es un desastre. Aquí y en toda España es una auténtica vergüenza.

¿Cree que la política está pecando de partidismo, en la gestión de esta crisis?
La política lo complica todo. Cuando se habla de los pactos de la Moncloa está bien si no son sólo de la Moncloa sino para definir hacia donde va el país, Catalunya y España. Y si España se convierte en plurinacional.

Esta crisis es una oportunidad para....
Todas las crisis generan nuevas oportunidades. La cuestión es saber leer bien las crisis. Hay un principio básico y es que las cosas no irán si no se reconoce que Catalunya es una nación y la segunda cosa es ver cómo se relacionan las naciones. El coronavirus ha puesto en evidencia también una crisis europea importante. Nos tendríamos que sentar todos a reflexionar, sin querer sacar ventajas políticas. No es un problema de recortes es un problema de mala financiación.

¿Qué ha aprendido de este momento vital?
Que tenemos que ser capaces de ser más rápidos en la previsión de cosas que nos vienen encima. Eso no es fácil. Es muy fácil decirlo a posteriori. No puede ser que nos cojan en esta situación. Tenemos que ser capaces de hacer diagnósticos rápidos. Eso cuesta dinero pero es dinero que después se ahorra.

¿Esta crisis pasará factura a la sanidad catalana?
La fortalecerá. Pasará factura a la gente. El que necesitaba una prótesis de rodilla, por ejemplo, y se la han tenido que aplazar. Es un problema de poner recursos. Los profesionales los tenemos no buenos, buenísimos. Lo que hacen falta es dinero.