Una de las cuentas que Juan Carlos I tenía en Suiza, la que abrió la fundación Lucum en la banca privada Mirabaud & Cie y donde se recibió un suculento ingreso de 65 millones de euros (100 millones de dólares) provenientes del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí, ocultaba celosamente el nombre de su beneficiario, guardado en una caja fuerte a la que solo tenían acceso algunos miembros de la cúpula del banco.

Según avanza ‘El País’ a partir de la declaración del principal responsable del banco, Yves Mirabaud, ante el fiscal Yves Bertossa, que investiga los tejemanejes del emérito en Suiza, se demuestra como solo la cúpula del banco conocía que Juan Carlos era el beneficiario de la cuenta, mientras que ni el departamento de Cumplimiento del mismo banco ni su departamento jurídico conocían que tenían a Juan Carlos I entre sus clientes más destacados.

Siempre según el medio citado, solo los seis miembros del denominado Consejo de Asociados del banco sabían que el beneficiario de Lucum era el entonces Jefe del Estado español. Mirabaud justificó esa protección en el hecho que Juan Carlos tenía el tratamiento de PEP -Persona Políticamente Expuesta-, pero evitó dar esa información por el conducto oficial al departamento de Cumplimiento, precisamente los encargados de articular medidas para proteger la identidad de clientes PEP.

“Mantener la discreción”

Según Mirabaud, el banco mantuvo la confidencialidad respecto a la identidad de Juan Carlos para “evitar una dispersión demasiado amplia entre los empleados con la intención de mantener la discreción”.

Además, según la declaración, tanto Mirabaud como otro directivo del banco, Antoine Boissier, tenían conocimiento que los 100 millones de dólares procedían de una donación del rey de Arabia Saudí a favor del rey de España, que los fondos procedían del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí y que el embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos había confirmado esa procedencia a Arturo Fasana, gestor que abrió la cuenta de la fundación Lucum a través de la empresa Rhone Gestión. Fasana, amigo personal del emérito, fue el mediador que consiguió el traslado de los fondos saudíes a la cuenta suiza de Juan Carlos, y el responsable de los trámites.

Así mismo, Mirabaud declaró que ignoraba los motivos por los que el rey de Arabia Saudí ingresó 100 millones de dólares en la cuenta de Lucum, pero admitió que tampoco se pidió información a los asesores jurídicos sobre la legalidad de que el rey de España recibiera esos fondos.