Elon Musk ha aplaudido la entrevista de Santiago Abascal con Tucker Carlson, el gurú de la prensa ultra en EE.UU. "Muchos temas interesantes", ha dicho el magnate sudafricano, sobre la conversación que mantuvieron la semana pasada el líder de Vox y el expresentador de Fox News (despedido por difundir noticias falsas). Se trata de una nueva muestra del flirteo de Musk con las ideas de extrema derecha, ya que los tópicos de la entrevista no dejan espacio a la duda: "¿El fin de la democracia en España","¿Estás preparado para ir a prisión por esto?", "George Soros", "La baja natalidad española", "La censura en España" y "¿Cuándo tienen que acabar las protestas?".

Hay que recordar que Carlson fue el presentador estrella de Fox News hasta abril, cuando fue despedido por sus mentiras: la cadena televisiva conservadora se vio obligada a pagar más de 700 millones de dólares por las informaciones falsas promovidas por el supuesto periodista sobre fraude electoral a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020. Desde entonces, dirige un programa de entrevistas que se retransmite en Twitter (con el beneplácito de Musk). El programa se dice Tucker on X y este verano ha batido récords con el expresidente norteamericano, que solo han sido superados por la entrevista a otro líder ultra: Javier Milei, quien justo este lunes ha ganado las elecciones presidenciales en Argentina.

Carlson, Abascal y la estrategia de Vox

Además de Trump y Milei, por el programa de Carlson que tanto gusta a Musk, no han dejado de pasar dirigentes de extrema derecha: el presidente de Hungría, Viktor Orbán; el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro; o el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Ahora ha sido el turno de Abascal, cuya entrevista fue grabada entre el lunes (cuándo el presentador asistió a una manifestación de Ferraz) y viernes (cuando fue publicada en Twitter). Estaba claro que esta conversación vería la luz: el líder de Vox apareció el lunes con un micro de corbata al lado de Carlson, protestando por la amnistía y los pactos del PSOE con los independentistas catalanes.

La entrevista forma parte de la estrategia de reviralización puesta en marcha por el partido ultra, que quieren hacer de las negociaciones de los socialistas su particular 15-M. Es por esto que ahora buscan el apoyo de Carlson (y Musk, de rebote), como en su día buscaron el apoyo de Steve Bannon —el ideólogo de Trump—. En esta línea, hay perfiles internacionales próximos a la ultraderecha que le hacen el juego a la ideología de Vox. Un buen ejemplo es el de Visegrád 24, un pseudomedio de comunicación polaco que se viralizó por su propaganda contra Rusia en la invasión de Ucrania y que ahora tuitea prácticamente cada día informaciones falsas contra el Gobierno.

En la entrevista, Abascal evita responder en inglés a las preguntas de Carlson y saca a pasear su odio durante treinta minutos. Así, considera que España es en este momento "la puerta de la islamización de Europa, por su posición geográfica y por ser una de las principales víctimas de la inmigración masiva" en el continente europeo, a la vez que carga con dureza contra Pedro Sánchez por ser "el presidente más corrupto de la historia de España" y para estar "dispuesto a cualquier cosa para mantenerse en el poder". "No tiene escrúpulos, no tiene principios, no cree en nada. (...) Es capaz hasta de vender a su madre", llega a decir.

El líder de Vox añade que el Gobierno ha convertido el país "en campo de pruebas del wokismo más extremo, de agendas climáticas extremas y de leyes de género radicales", así como ataca especialmente la inmigración y la vincula con el aumento de delitos sexuales. Y es que las políticas del ejecutivo estatal suponen "un llamamiento a la inmigración masiva ilegal, de países donde no hay respeto por la mujer y que también está tras crímenes sexuales que no conocíamos ni éramos capaces de imaginar" y cita "las violaciones grupales que se han multiplicado en España".

El odio de Abascal en la entrevista

Por otra parte, asegura que él recoge "el discurso de las calles y de los bares", el de "la inmensa mayoría de los españoles que están contra la inmigración masiva" y que dan apoyo a las repatriaciones de los indocumentados o de los delincuentes. Sorprendentemente, se queja de que lo tilden de xenófobo por decir eso en público. También insiste con sus ataques contra la ley de memoria histórica y las restricciones en los combustibles fósiles.

No faltan tampoco las críticas a los partidos nacionalistas y al comunismo, lamentando que España sea "una anomalía en Europa" por ser "el único país con ministros comunistas". Finalmente, preguntado por si está dispuesto a ir a la prisión por sus ideas, responde: "Yo estoy dispuesto a absolutamente todo (...), a entregarlo todo para que España siga estando unida".

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