Si el 1-O el Govern tuvo que organizar el referéndum contra el asedio del estado español, ahora el nuevo rival es un virus minúsculo que amenazará los colegios electorales de forma mucho más sutil que la policía. El 14 de febrero Catalunya tiene una cita con las urnas y la sala de máquinas de la Generalitat trabaja para garantizar que todo el mundo pueda votar minimizando los riesgos sanitarios. No serán unas elecciones normales. La pandemia obliga a tomar medidas extraordinarias que van desde votar sin salir de casa a una campaña virtual y probablemente sin propaganda en el buzón. ¿Cómo serán los puntos de votación? ¿Cómo se blindarán de la Covid-19? ¿Podrá votar todo el mundo?

El área del Govern encargada de los procesos electorales depende del Departament d'Exteriors, Relaciones Institucionals i Transparència, que ocupa ERC. Fuentes de la conselleria comparten con ElNacional.cat algunos detalles sobre cómo tendría que ser la jornada electoral del 14-F. La prioridad, afirman, es "no excluir a nadie de la votación, si no, las elecciones no tienen sentido." Con este fin, trabajan en un paquete de medidas que tendrá que acabar validando el Procicat.

Votar sin salir de casa

Una de las principales novedades, que ya ha validado la Junta Electoral Central, será que los funcionarios de Correos podrán actuar como depositarios del voto. Es decir, que cualquier ciudadano podrá solicitar el voto por correo a través de internet, con el certificado IDCAT de la Generalitat. Una vez cursada la petición, el usuario recibirá en casa el material electoral —papeletas, sobres, etcétera— y podrá entregar su voto al cartero de Correos, que lo custodiará hasta entregarlo a la administración.

 

Bernat Solé, conseller exteriors ACNEl conseller d'Exteriors, Relacions Institucionals i Transparència, Bernat Solé / ACN

La medida está pensada especialmente para las personas que se encuentren confinadas porque tengan coronavirus o hayan estado en contacto con algún positivo y también para los colectivos de riesgo. Ahora bien, desde el área de procesos electorales apuntan que puede hacer uso de este mecanismo toda la población. De hecho, el escenario ideal sería que el 100% del censo utilizara esta opción, ya que sería la mejor manera de evitar riesgos.

Hasta ahora, ejercer el voto por correo requería un esfuerzo ingente por parte del interesado, que tenía que desplazarse más de una vez a la oficina de correos e iniciar el trámite con casi dos meses de antelación. La intención del Gobierno, de cara al 14-F, es poder ampliar al máximo estos plazos.

¿Más de un día de votación?

Una de las posibilidades que se habían barajado era alargar la jornada de votación más de un día. Es una de las alternativas que plantea, por ejemplo, el Síndic de Greuges. Con todo, desde la conselleria niegan a este diario que esta sea una opción, ya que implicaría un cambio de la LOREG (la ley electoral que rige en España) que tendría que pasar por el Congreso de los Diputados. Catalunya no dispone de ley electoral propia. En cuarenta años, los partidos han sido incapaces de ponerse de acuerdo para redactar y aprobar una. En menos de un mes se disolverá el Parlament, el 22 de diciembre, por lo tanto, no hay margen.

Lo que sí que se hará es recomendar una división por franjas, que en principio no será obligatoria, para que las personas más vulnerables puedan votar a primera hora y los positivos de Covid-19 al final de la jornada. Así, se aconsejaría que el resto de la población, los que no tengan coronavirus ni sean colectivos de riesgo, fueran a los colegios en la franja central, entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde.

El voto presencial de los positivos de Covid-19

Uno de los puntos que todavía se está perfilando es el que tiene que determinar cómo será el voto presencial de los infectados de coronavirus. Más teniendo presente el precedente del País Vasco, cuando en las elecciones que celebraron en julio hubo personas contagiadas que no pudieron votar porque el gobierno no lo autorizó. El Departament d'Exteriors explica a este medio que eso, en Catalunya, no puede pasar. Una de las alternativas sería conceder un permiso de media hora a los positivos para salir de casa y votar. Tendrían una cola prioritaria para agilizar el trámite.

Pabellones y no escuelas

Uno de los puntos que ya ha aprobado el Procicat es que en la medida de lo posible, los colegios electorales no se ubiquen en las escuelas como hasta ahora. Se priorizará hacer uso de espacios más amplios como pabellones o centros cívicos, que permitan un espacio de 2,5 metros cuadrados por persona. El Govern hará campaña para aconsejar a la ciudadanía que la papeleta se lleve ya de casa.

La Generalitat ha requerido a los ayuntamientos para que hagan un listado de espacios alternativos en los centros escolares que cuenten, si puede ser, con una zona de espera al aire libre que permita reducir al máximo el número de personas en el interior. En el edificio no se podrá entrar acompañado, salvo los casos que necesitan una atención especial.

Una vez dentro, habrá por lo menos dos colas, una para personas vulnerables y la otra para la población general. Habrá que respetar la distancia de metro y medio entre personas y la mascarilla será obligatoria. Además, a los miembros de las mesas se les tomará la temperatura y se les hará un test de antígenos.

¿Y la campaña?

El próximo documento que aprobará el Procicat es el que regulará una campaña electoral atípica. Como, a la fuerza, han tenido que ir haciendo en las últimas citas electorales Junts per Catalunya y ERC (con candidatos al exilio o la prisión), los partidos deberán priorizar los actos telemáticos y olvidarse de los mítines de gran formato. Entre los planes previstos, se está trabajando en la posibilidad de acabar con la propaganda electoral en los buzones de casa.