Las elecciones catalanas supusieron un triunfo muy importante para el independentismo, que incrementó su mayoría parlamentaria a los 74 escaños y superó por primera vez el 51% de los votos. Así pues, la independencia de Catalunya siguió marcando el ritmo político del país, al contrario de lo que muchos analistas habían predicho días antes, tal y como ha apuntado el semanario británico The Economist.

"De cara a las elecciones en el gobierno regional del 14 de febrero, muchos esperaban que cuestiones prácticas como la pandemia y la caída económica serían los aspectos más importantes en las mentes catalanas. Pero las heridas de octubre del 2017, cuando un referéndum inconstitucional sobre la independencia de una de las regiones más importantes de España provocó el encarcelamiento de nueve líderes separatistas, todavía están en carne viva", apunta el semanario.

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The Economist se hace eco de la victoria independentista y recuerda que "las autoridades [penitenciarias] catalanas permitieron a los presos hacer campaña". "Una vez más, la división emocional sobre la independencia dominó las elecciones", subraya añadiendo que, sin embargo, la participación cayó del 79% del 2017 al 54%.

El semanario británico también explica qué Salvador Illa ganó las elecciones gracias a la división del independentismo en cuatro partidos "con estrategias muy diferentes". Describe a Illa como el "catalán afiliado al Partido Socialista de Pedro Sánchez, el primer ministro español". "Obtuvo más votos que cualquier otro partido, aunque sólo obtuvo el 23%. Para él fue una victoria útil, aunque limitada", concluye teniendo en cuenta la imposibilidad de Illa para formar una mayoría que lo permita aspirar a la presidencia de la Generalitat.

Pactos y vetos

A pesar de la quimera de llegar al Govern, los socialistas ya han hecho los primeros movimientos reuniéndose con los comuns. Los dos partidos han reconocido "buen entendimiento" aunque parecen tener estrategias diferentes, ya que mientras los primeros quieren hacer un Govern en minoría repitiendo la fórmula de la Moncloa, los segundos optan por incluir en la suma a ERC, reeditando por tercera vez un tripartito "de izquierdas".

En el otro lado hay los tres partidos independentistas, que ya se han reunido todos entre ellos, aunque sin hacer por ahora un encuentro a tres. ERC apuesta para incluir en el futuro Govern a los comuns, mientras que JxCat se muestra reticente. Los comuns, por su parte, vetan a los de Carles Puigdemont aunque verían bien un Ejecutivo con ERC sin el PSC.