Este viernes JxSí y la CUP no se han reunido. "Les hemos dado fiesta para que hagan su último día de campaña", ironizaba uno de los cuperos negociadores. De hecho, según ha podido saber El Nacional, de reuniones sólo quedan dos. Una programada para el lunes por la tarde y otra para el martes 22, de las cuales tendría que salir el documento propuesta de acuerdo que la CUP tendrá que llevar a la asamblea del próximo 27 de diciembre en Esparraguera. Del 23 al 26, el estado mayor de la CUP –diputados, secretariado, grupo de acción parlamentaria y tótems de la formación– explicarán y detallarán la propuesta de JxSí a las bases.

La agenda incluye primero la celebración del consejo político –el máximo órgano entre asambleas– este sábado. Un cónclave que tiene que servir para cerrar el reglamento de la asamblea. En principio, los 1.700 militantes han recibido una propuesta y han aportado enmiendas al texto. El borrador prevé preguntar a los militantes por cuatro opciones: aceptar la presidencia de Artur Mas según un acuerdo marco que incluye el plan de choque; en segundo término, no investir a Mas, pero seguir negociando; en tercer lugar, investir a Mas sin ningún acuerdo marco detrás y en último término, ir a nuevas elecciones.

En resumidas cuentas, y dejando de lado la literatura, la CUP preguntará si investir o no a Mas a través de unas votaciones eliminatorias. Serán sucesivas por eliminación; la que menos apoyo reciba quedará fuera, o bien ganará la primera que alcance el 50% de los votos. Unas votaciones que hoy por hoy tienen un pronóstico imprevisible.

Movilización de tropas

Los tres grandes bloques de la organización se están movilizando para buscar la mayoría de los votos durante el cónclave. Por una parte, Endavant Osan, que tiene aliados de la fuerza de Arran, Corrent Roig o Lluita Internacionalista, ya han avanzado en un documento que persisten en el "no a Mas". No es ningún secreto que al conjunto más izquierdoso de la CUP le cuesta de tragarse el hecho de hacer la independencia con CDC y preferirían otra acumulación de fuerzas que consideran que se podría producir en marzo.

Por otra parte, Poble Lliure, también ha espoleado a su tropa a participar en la asamblea y a defender, en la medida del posible, una investidura vestida de alianza estratégica para alcanzar la independencia. Y en último lugar, la militancia de base histórica, no encuadrada en ninguna de las dos corrientes, que mayoritariamente apuesta por un acuerdo con JxSí y aceptaría como un mal menor a Mas de presidente.

Las conversaciones

Quedan formalmente dos reuniones, unos encuentros que finalmente tampoco se registrarán por voluntad expresa de CDC. Alguna de las anteriores, como la del jueves de esta semana, "ha ido bien". Según las dos partes, se ha ido avanzando en algunas cuestiones, pero todavía quedan, más que simples flecos por depurar, puntos importantes para cerrar. La CUP pide "contundencia" en algunas cuestiones, como son los objetivos "desahucios cero" o "acabar con la pobreza infantil".

"No es suficiente con ampliar la partida de las becas comedor, así no se corta que los niños pasen hambre, que también comen los fines de semana, en periodo de vacaciones y cuando tienen más de doce años", detallan desde los negociadores cuperos que ven escatimar las "dotaciones presupuestarias" para este plan. Con respecto a los desahucios del plan de choque, la CUP espera ver el redactado definitivo de JxSí, blanco sobre negro, en el acuerdo.

Donde las posiciones están más opuestas es con BCN World, Aigües Ter-Llobregat o los consorcios sanitarios. La CUP asegura que ha aportado soluciones alternativas, pero que CDC no acaba de dar un "paso con voluntad de enmienda". "Además, hay gestos que se nos escapan, que no los entendemos, como es ver convenios firmados entre la Generalitat y empresas en juicio por delitos ambientales y urbanísticos como es Iberpotash, es un caso que que hemos impulsado nosotros, y que, encima, no nos los quieran enseñar", criticaban este viernes miembros de la CUP, entre ellos, la diputada Anna Gabriel. La CUP también se ha movilizado para centrar la atención la última semana en la política sanitaria o de Ensenyament.

No sólo hay tensiones en la CUP

En la CUP admiten con cierta naturalidad tensiones internas por la negociación. Sólo hay que ver las diferentes posiciones dentro de la CUP de cara a las elecciones españolas de este domingo, aunque la formación apueste formalmente por la abstención. Sin embargo, los cuperos quedan sorprendidos porque no salen a la luz las divergencias dentro de JxSí. "Es evidente que entre CDC y ERC hay desconfianza o pesar y que los independientes a menudo se encuentran en medio de una batalla soterrada que ni entienden ni tienen porque entender, pero está", explican los cuperos.

De hecho, desde la CUP reconocen que no acaban de coger las medidas a CDC, a la extraña relación entre convergentes y ERC, y a la rótula de los independientes. "Las decisiones de un gobierno son colegiadas, no nos pueden decir que una decisión no la sabían o no la tenían controlada desde el partido, no nos pueden hacer comulgar con piedras de molino", insisten desde la CUP al constatar que los negociadores intentan desentenderse de algunas decisiones del Govern.

ERC y el mal recuerdo

También creen que ERC tiene "demasiado vivo" el recuerdo del 9N. "Los republicanos viven obsesionados con que CDC los enredó por la consulta, como si no supieran cómo las gastan los convergentes en una negociación," recuerdan con cierta ironía miembros del politburó de la CUP. "Oriol Junqueras ha aprovechado a la primera de cambio para tildar de fracaso JxSí, porque no se ha alcanzado la mayoría absoluta que siempre han ostentado CiU y ERC por separado", enfatizan desde la CUP. "En ERC también tienen divergencias internas, pero prefieren más esperar", opinan desde la izquierda independentista.

El laberinto de CDC

Con respecto a CDC, la CUP no acaba de dibujarse el mapa de "verdadera guerra civil" que, a su parecer, tienen en la calle Còrsega. Con la sede vendida, carcomidos por los escándalos de corrupción, el cambio de nombre del partido y un congreso al acabar el ciclo electoral, los cuperos no tienen el sextante para calibrar el equilibrio de fuerzas y los movimientos internos de la biosfera convergente de cara a su refundación y los nuevos liderazgos.

10 días para el final

Con este panorama, la CUP y JxSí encaran diez días clave. Mañana será el primero de los últimos días con un consejo político que tiene que aprobar las reglas del juego de una asamblea que tiene que decidir el futuro inmediato de Artur Mas o si el proceso requerirá de nuevas elecciones en tres meses. La decisión dependerá del principio 'Star Wars' que ha renacido este fin de semana: ganará aquel a quien la acompañe más la fuerza.