Es interesante la actitud de La Vanguardia en la portada de hoy, donde va preparando el futuro que le parece más conveniente, un horizonte de "colaboración institucional", como dice en el antetítulo. El título principal corresponde a un acontecimiento en la dirección de "la mayoría diferente que se cuece (a fuego lento)", como decía Iu Forn en esta casa el viernes pasado. ERC, PSC y comunes se ayudan allí donde se juegan la piel, que es en los gobiernos que tienen o tendrán: la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Para el diario de los Godó, siempre favorable a la estabilidad —concepto genérico con el que ya nos entendemos— este cuadro sería ideal porque permitiría hacer gobierno en España, enfriar la situación en Catalunya y preparar las condiciones que permitan convocar una mesa de diálogo —sit and talk.

La gracia de La Vanguardia es que sopla en esta dirección —todo muy legítimo— sin necesidad de reinterpretar, caricaturizar o asfixiar la realidad. Sencillamente, da preferencia a los acontecimientos que considera más favorables a la "colaboración institucional" (en este caso la buena onda en las negociaciones presupuestarias) y destierra los hechos más ruidosos (la decisión de las bases de ERC de no votar la investidura de Sánchez si no hay un acuerdo para convocar una negociación a cambio).

La caverna mediática madrileña, en cambio, hace de segurata de la patria en peligro y necesita fabricar conflicto y tensión al precio que sea. El otro día, El Mundo calificaba de "chantaje" que ERC quisiera cambiar cromos y transaccionar con el PSOE. Hoy le toca al recibir al PSC por proponer que se reconozca Catalunya como una nación y España como estado plurinacional. A llama "exigir", que es pedir imperativamente alguna cosa en virtud del propio derecho, de la propia autoridad, de la propia fuerza. Es tan evidente que el PSC no "exige" nada, como que Esquerra no "chantajea", pero ese diario quiere mantener la temperatura muy elevada y necesita alterar y retorcer las palabras para presentar el natural tira y afloja de cualquier negociación como una pelea de borrachos.

Hace lo mismo ABC, cuando presenta el debate en el seno del Tribunal Constitucional como una fractura, una ruptura, una división. La Razón también aplica la misma retórica al hablar del "órdago" de ERC. Vete acostumbrando. El martilleo y los bramidos de la caverna seguirán mientras duren las negociaciones. Qué lástima.

LV

EP

ME

ABC

LR

EPA

AHORA

EPC