Los Mossos d'Esquadra han detenido a cinco miembros del CDR de Lleida esta mañana. Están acusados de atentado a la autoridad y desórdenes públicos por intentar entrar en la Subdelegación del Gobierno el 25 de marzo pasado, después de la manifestación de rechazo por la detención del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en Alemania.

Los cinco han quedado en libertad tras declarar en la comisaría de los Mossos en Lleida y deberán presentarse ante el juez cuando sean requeridos, tal como han informado los Mossos.

Es la segunda operación contra los CDR. La primera fue el 10 de abril y fue simultánea entre la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra. Mientras la policía española detenía a Tamara Carrasco como supuesta cerebro del CDR en Catalunya, los Mossos arrestaban a seis personas más para entrar en el parque de la Ciutadella el día del pleno que tenía que ser la primera investidura de Carles Puigdemont.

A diferencia de la operación anterior de los Mossos, en aquella ocasión la policía catalana acusó a los detenidos de desobediencia, desórdenes públicos y atentado a la autoridad. Pero la policía los dejó en libertad después de declarar en comisaría y tenerles 24 horas detenidos.

Los hechos

Los detenidos en Lleida, según los Mossos, asistieron a la protesta convocada por los Comités de Defensa de la República ante la Subdelegación del gobierno español del 25 de marzo donde se vivieron escenas de tensión entre los manifestantes y los Mossos, que cargaron varias veces para evitar que los concentrados pudieran llegar hasta las puertas del edificio. La movilización, con el lema "Rompamos las cadenas de la represión", llegó a congregar a unas 3.000 personas.

Los manifestantes llenaron la plaza de la Pau y buena parte de la rambla de Ferran a la altura de la Subdelegación del gobierno español. Los momentos más tensos se vivieron cuando decenas de concentrados desbordaron el cordón policial para acercarse a la entrada del edificio. Aquí fue cuando los Mossos sacaron las porras para hacerles retroceder. Hubo varias personas heridas.

Durante la protesta se colgó una estelada y una pancarta pidiendo la libertad de los presos políticos en la fachada de la sede del ejecutivo español en la capital del Segrià, donde también se tiraron huevos, latas y otros objetos.