Este jueves al mediodía se ha hecho la lectura de la declaración acordada el miércoles en la Junta de Portaveus sobre el conflicto Israel-Hamás, que se aprobó con el apoyo del PSC, Junts per Catalunya, Ciutadans y el Partido Popular. Una de las imágenes que ha sorprendido ha sido la ausencia del Govern en el transcurso de esta declaración. Ni el president ni los consellers estaban en el hemiciclo. Por otra parte, los diputados de la CUP han abandonado el pleno del Parlament cuando ha empezado la lectura de la declaración. Los parlamentarios cupaires han dejado en su bancada una estelada, dos banderas de Palestina y cuatro carteles con el mensaje 'No en mi nombre', como señal de protesta por una declaración que no comparten. También el secretario cuarto de la Mesa, Ruben Wagensberg (ERC), ha salido del hemiciclo en el momento en que se tenía que leer este texto. Por otra parte, los diputados de los comunes se han sumado a la protesta, pero ellos han optado por quedarse en el pleno y han exhibido carteles con el 'no en mi nombre'.

La lectura, que la ha hecho la secretaria segunda de la cámara, Aurora Madaula (Junts), ha sido interrumpida al inicio por el momento en que los diputados de la CUP han salido del pleno, instante en que la presidenta del Parlament, Anna Erra, ha pedido mostrar "respeto" hacia la declaración aprobada "por la mayoría de la cámara". Justo después de haber finalizado la declaración, tanto los anticapitalistas como Wagensberg han vuelto al hemiciclo para votar las mociones subsiguientes del día.

 

La declaración pide el alto el fuego en Gaza

La declaración de la Junta de Portaveus, validada por el PSC, Junts, Cs y el PP, señala que el Parlament ya se ha manifestado "mayoritariamente favorable a la solución de los dos Estados como opción de resolución pacífica del conflicto entre Israel y Palestina". En relación con los hechos del 7 de octubre, el texto condena que "la organización terrorista Hamás llevó a cabo un ataque masivo contra objetivos civiles y militares en Israel, provocando un gran número de víctimas mortales y heridos tanto en Israel como en Gaza". Al mismo tiempo, expresan solidaridad "con todas y cada una de las víctimas" y reconocen que Israel tiene derecho a "defenderse de estos ataques indiscriminados dentro de los límites que marcan el derecho humanitario y los tratados internacionales".

En este sentido, condenan el uso de la fuerza contra la población civil: "Nunca es aceptable, venga de donde venga, todos los ataques contra la población civil tienen que ser condenados y sus responsables tienen que rendir cuentas de acuerdo con las normas del Derecho Internacional Humanitario". Se pide "garantizar el acceso a la atención médica, la asistencia humanitaria y el desarrollo necesario para cubrir las necesidades básicas y los derechos de la población civil", y se hace un "llamamiento urgente a un alto el fuego para garantizar la protección de la población civil, la liberación de todos los rehenes, el cese de los ataques armados y de los cortes de suministros y de los bombardeos" en Gaza. Por último, la declaración alerta de "las consecuencias regionales que puede tener una espiral de violencia" y reclama "trabajar con urgencia para impedir una escalada regional del conflicto". "El conflicto ha adquirido dimensiones difíciles de medir y ha tenido repercusiones en todo Oriente Medio, con un alto riesgo de desestabilización regional y global", sentencia.