El líder de Òmnium, Jordi Cuixart, se ha reafirmado en sus actuaciones justo después de saber que las juntas de tratamiento de las prisiones han propuesto el tercer grado para los políticos encarcelados para el 1-O.

"Hicimos lo que teníamos que hacer. Y sigo totalmente convencido de la legitimidad de la lucha no-violenta y la desobediencia civil como instrumentos para transformar la sociedad. Ningún tribunal nos impedirá ejercer derechos fundamentales", ha afirmado a través de su cuenta de Twitter.

El vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri, ha apuntado que hoy tienen "las convicciones intactas y en pie" hasta que los presos estén en libertad y ha recordado que "fueron condenados en contra del criterio de Amnistía Internacional, de la ONU y del 80% de los catalanes" por haber defendido la autodeterminación y los derechos fundamentales.

El régimen de semilibertad tendrá que ser confirmado por el Departament de Justícia en un plazo máximo de dos meses.