El expresident de la Generalitat Pere Aragonès ha anunciado este martes que renuncia al sueldo que le corresponde por el cargo que ocupó como primera autoridad de Catalunya entre 2021 y 2024. El exdirigente republicano pasará a trabajar en el sector privado, a un cargo de responsabilidad en la empresa de su adinerada familia dedicada al sector hotelero. Así, Aragonès ha recibido el sueldo público de expresident durante un año, desde el verano pasado que dejó la Presidencia de la Generalitat en favor de Salvador Illa hasta este septiembre, aunque de acuerdo con la ley tendría derecho hasta 2028. Este es el sueldo y así funciona la retribución de los expresidents.

Las retribuciones y sus condiciones las regulan leyes 2/1988 y 6/2003, que establecen las asignaciones temporales y pensiones a los expresidents —la primera, para los del Parlament, y la del 2003, para los de la Generalitat—. De acuerdo con el artículo 2 de la ley 6/2003, las personas que hayan ejercido de president "tienen derecho a percibir por un periodo equivalente a la mitad del tiempo que han estado en el cargo y, como mínimo, por una legislatura, una asignación mensual equivalente al 80% de la retribución mensual que corresponde al ejercicio del cargo de president o presidenta".

Eso quiere decir que Aragonès ha cobrado un total anual de unos 93.000 euros. Asimismo, el expresident republicano tendría derecho a cobrar esta retribución durante el mínimo que marca la ley: cuatro años, el equivalente a una legislatura. Aunque él fue president solo unos tres años —o el expresident Quim Torra lo fue solo dos años—. En este sentido, hay que desmentir un mito que circula y es que el sueldo de expresident no es para toda la vida. Al acabar el tiempo establecido por ley, un president —si no ha llegado a los 65 años, cuando recibirá la pensión—, tendrá que ganarse el pan.

En este sentido, se tiene que señalar también que la retribución de expresident se puede suspender de manera voluntaria por parte del beneficiario, como es el caso de Aragonès, para volver a trabajar en otra cosa. También se le puede suspender de manera forzada: por incompatibilidad con otro cargo público o privado —como estar al consejo de administración de una empresa— que ocupe después de ser president o, incluso, si el beneficiario vulnera la honorabilidad del cargo. En este último caso de vertiente más político, sin embargo, una mayoría del Parlament lo tendría que aprobar. Sin embargo, si la renuncia es voluntaria para ir a hacer otro trabajo o por incompatibilidad con otro cargo público, un president puede recuperar lo que le queda para gastar de la retribución a la cual tiene derecho más adelante. Este es el caso de José Montilla, que después de president de Catalunya fue senador. Al dejar de serlo, dos legislaturas después, volvió a recibir el sueldo de expresident que le quedaba.

Aparte del sueldo, después los expresidents tienen una pensión vitalicia al llegar a determinada edad. El artículo 3 de la misma ley regula eso, estableciendo que los expresidents cuando llegan a los 65 años "tienen derecho a percibir una pensión de jubilación vitalicia consistente en una asignación mensual igual al 60% de la retribución mensual que corresponde al ejercicio del cargo".

¿Quién cobra qué ahora mismo?

¿Entonces, quién cobra qué ahora mismo? De acuerdo con los datos que dio el Govern el año pasado, tres expresident de la Generalitat cobraron en 2023: Pasqual Maragall, Artur Mas y Quim Torra. Maragall y Mas percibieron 91.941 euros de pensión vitalicia, ya que tienen más de 65 años. Con respecto a Torra, recibió 122.588 euros, una cifra más alta, ya que la asignación que recibe los años posteriores a ejercer el cargo equivale al 80% de la retribución del president de la Generalitat en aplicación del artículo 2 de la citada ley 6/2003. De acuerdo con la ley, este 2024 tendría que ser el último año que recibió el sueldo de expresident y en tres años, al llegar a los 65, recibiría ya la pensión vitalicia como Mas y Maragall. Por otra parte, tres expresidents de la Generalitat no cobraron ninguna asignación ni pensión en 2023. Jordi Pujol renunció en 2014 después de admitir que tuvo dinero sin regularizar durante 34 años. José Montilla renunció en 2020 cuando va se incorporó a la junta de accionistas de Enagás. Carles Puigdemont, que se marchó al exilio en 2017 después de la aplicación del 155 y la suspensión de la autonomía por el referéndum del 1-O y la DUI fugaz, no ha cobrado nunca como expresident. Todavía en activo políticamente, no ha renunciado a ser expresident y tiene oficina, pero sí que ha renunciado al salario.

Aparte de los sueldos y las pensiones, los expresidents tienen derecho a una oficina con su presupuesto si quieren mantenerse activos en la vida pública, por el cargo institucional que han ocupado. Aquí cada gasto varía: la de Artur Mas gastó unos 42.000 euros, mientras que la oficina de José Montilla unos 34.000. Con respecto a la de Pasqual Maragall —afectado de Alzhéimer y alejado de la vida pública— y Carles Puigdemont —a Bélgica y todavía activo políticamente como líder de Junts per Catalunya—, fue más reducida: 3.760 y 2.862 euros, respectivamente. Tienen que presentar una memoria anual con el que han hecho y gastado.