Ciudadanos se ha levantado en medio del cerco en que Mariano Rajoy colocó a Albert Rivera durante la reunión que mantuvieron ambos en el Congreso de los Diputados. Los populares han conseguido que el presidente de la formación naranja acceda a hablar sobre los presupuestos de 2017. Este "paso" como calificó Rajoy, le ha servido al PP para demostrar que la investidura de su líder no ha entrado vía muerta, al tiempo que ha puesto a C's en un escenario de no retorno. El objetivo de Génova es sacar al líder de C's de la abstención y llevarlo hacia el sí, de forma que el PSOE se vea obligado a abstenerse ante un gobierno ya construido. Sin embargo, C's quiere salirse de esa estrategia.

El secretario general de C's en el Congreso, Miguel Gutiérrez, asegura que Rivera se reunirá con Rajoy la semana que viene, pero no negociará contenidos de gobierno para cambiar su abstención por un sí en la reelección del candidato del PP. Gutiérrez mantiene la posición sobre que el líder popular no es la persona "idónea" para liderar una etapa de cambio. La formación naranja considera que Rajoy no habría asumido responsabilidades políticas por los casos de corrupción como la Púnica o la trama en Valencia. Esta cuestión se ha visto agravada por el procesamiento del PP por la destrucción de los ordenadores del caso Bárcenas, elemento que ha reforzado los argumentos de Rivera para no alterar el sentido de su voto.

De esta forma intenta C's marcar distancia con los populares. El portavoz del grupo atribuye a un gesto de cortesía que el presidente de C's acuda a las reuniones convocadas por el presidente del gobierno en funciones. "Es lo mínimo que puede hacer, si es Rajoy quien ha solicitado la entrevista. Otra cosa es el contenido de lo que allí se hable", afirma. Según Gutiérrez, su partido tiene voluntad de diálogo y quiere mantener "la escucha activa" sobre cuestiones como el presupuesto de 2017. Rivera siempre ha dejado la mano tendida a negociaciones posteriores de legislatura y otras leyes del ejecutivo en minoría popular, a pesar de que no se quiera mover de la abstención.

Pero el PP ya ha construido su propia proyección del escenario que vendrá de ahora en adelante, que creen debería culminar en una investidura a finales de agosto, el 29. Como explicaba este miércoles El Nacional, Génova ve en esta negociación de tipo económico la antesala de un voto afirmativo por parte de la formación naranja. El objetivo de Rajoy era situarlos en un cerco de negociaciones que sirva para construir el nuevo gobierno y dar argumentos materiales a Rivera para que se abra al 'sí'. El propio secretario de organización, Fernando Martínez Maíllo, así lo expuso en una entrevista televisiva el día después de la reunión entre líderes.

"Si los dos quieren negociar los presupuestos, es porque los dos piensan que habrá gobierno". Maillo ha confesado que esta opción acercaría el PSOE a la abstención, de manera que "deje de conjugar el verbo 'bloquear'", como afirma. Para el popular, la nueva posición de C's no supondría entonces "un sí a cambio de nada", sino que sería la contraprestación a esta negociación. El secretario de organización ha presionado recordando que las partidas económicas son "la columna vertebral" de un país, llevando a C's a su terreno, mientras Rivera lucha por salir del cerco donde lo han colocado los monclovitas.

El grupo del PDC

La guerra de gestos del PP para seducir a C's tuvo un momento culminante con la negativa al grupo propio del PDC. Rivera siempre había defendido que los exconvergentes no lo merecían porque era una forma de "alterar" el resultado de las urnas. A su juicio, no les correspondía en virtud estricta del reglamento. Parece que la negociación entre el portavoz popular, Rafa Hernando, y el líder del PDC, Francesc Homs, para la mesa del Congreso habría tenido como contraprestación el grupo. En ella, los demócratas ayudaron a garantizar a PP y C 's dos puestos en la Mesa.

Así las cosas, este presunto trato se fue al traste. El PP se abstuvo en la votación de los grupos y C's votó 'no', por lo que el PDC se quedó sin grupo. Rivera se jactó de que "ninguna voz separatista pudiera ser escuchada" en la cámara baja española. Preguntado por El Nacional, Rajoy negó que C's les hubiera presionado para no permitir el grupo, aunque el PP alegó toda la semana que lo merecía por "cortesía parlamentaria". Y sobre si tenía relación con la investidura, Rajoy respondió a este diario que con C's tenían "muchas cosas en común". La negociación del presupuesto, por ejemplo.