Ahora hace un año, ERC estaba en plena crisis interna, con reproches públicos y privados entre compañeros de partido, mientras la dirección, encabezada en aquel momento por Marta Rovira tras la dimisión de Oriol Junqueras, cerraba con el PSC un preacuerdo para investir Salvador Illa, que, como punto más destacado, recogía una financiación singular para Catalunya tal como en los últimos meses de legislatura había presentado Pere Aragonès y la exconsellera de Economía, a Natàlia Mas. Este lunes, se produjo la comisión bilateral que recogía aquel acuerdo como punto de partida del nuevo modelo de financiación, pero el pacto que surgió, no acabó de convencer a la dirección de ERC, de que lamentaba la falta de concreciones. Pero hay quien, dentro del partido, ha ido mucho más allá de lo que expresó este lunes el portavoz de la formación, Isaac Albert, en rueda de prensa, y han cargado con dureza el pacto, señalando que supone un grave incumplimiento con respecto al documento que, a finales de julio del 2024, avaló la militancia del partido en una votación muy ajustada.
Las primeras han sido Carme Forcadell y Dolors Bassa, las dos pidieron hace un año a Junqueras que diera un paso al lado y dejara espacio a nuevos liderazgos para la formación. Forcadell incluso ha hablado de una "tomadura de pelo". Pero en ningún caso han sido las únicas al mostrar su enfado: lo han hecho representantes de todas las candidaturas que intentaron evitar (infructuosamente) que Junqueras recuperara la presidencia de ERC después de su dimisión en junio, y que tendrán la posibilidad de constituirse como corrientes internos del partido a partir de septiembre, aunque ya hay quien lo ha descartado. Desde Nova Esquerra Nacional, de Xavier Godàs y Alba Camps, en Foc Nou, con Helena Solà y Alfred Bosch al frente, pero también el Col·lectiu 1 de octubre; todo el mundo ha querido decir la suya a través de las redes.
"Volvéis a preguntar"
Este martes, Xavier Godàs, que disputó la presidencia del partido a Junqueras ha publicado un mensaje en que sentenciaba que "ERC no tiene que tolerar rebajas". "Lo intuimos con el mal denominado traspaso de Rodalies, que ha quedado con una gestora mixta con alta presencia estatal. Lo confirmamos con la financiación ya no tanto "singular" y sin la llave de la caja", reflexiona el exalcalde de Vilassar de Dalt, haciendo referencia a un pacto que sí que cuenta con el visto bueno de la dirección del partido. "El acuerdo solo habla de gestión, mientras que el acuerdo político inicial incluía también la recaudación, la inspección, la liquidación y la disponibilidad de todos los impuestos", añade. Más tajante ha sido su compañera de candidatura, que optaba en la secretaría general, Alba Camps: "Eso no es lo que votó la militancia de Esquerra. Las reglas del juego no se cambian después de una consulta. Este tendría que ser el compromiso. Si no, volvéis a preguntar", reclama la exdiputada al Parlament. Durante la campaña interna, Godàs explicó que había votado a favor del acuerdo en la consulta a la militancia, mientras que Camps lo hizo en contra.
"Levantada de camisa"
Ni Helena Solà ni Alfred Bosch, caras más visibles de Foc Nou, se han pronunciado respecto de este pacto entre gobiernos, pero sí que lo han hecho otros miembros de la candidatura, como el exdiputado Jordi Orobitg: "Sería demasiado fácil hoy, hablar sobre la no por nueva inesperada tomadura de pelo de la financiación singular ...", escribió en X, donde también ha compartido una entrevista que le hizo ElNacional.cat donde exponía su rechazo al acuerdo. Gabriel Fernández, también miembro de la candidatura y líder del partido en el ayuntamiento de Sabadell se ha manifestado de una manera parecida, respondiendo a la publicación de Alba Camps: "Ciertamente, Alba. De hecho, en la financiación, el acuerdo ha ido mutando del «concierto económico solidario», pasando por la consecución de una supuesta «soberanía fiscal», hasta el actual eufemismo «financiación singular generalizable». Una tomadura de pelo. Evidentemente, hace falta una nueva consulta", ha escrito.
El Col·lectiu 1 de Octubre, formado en el 2019 y muy crítico con la dirección del partido desde entonces, tanto con Marta Rovira como con Elisenda Alamany como secretarías generales, también ha compartido su punto de vista en las redes sociales, reclamando que Esquerra retire el apoyo al PSC y que "aquellos que, reiteradamente, demuestran su irresponsabilidad proponiendo acuerdos contra toda lógica, engañando la militancia con preguntas-trampa e impulsando estrategias imposibles" dimitan.