El habitual bullicio que caracteriza las sesiones en el Congreso de los Diputados ha desaparecido esta mañana. Ni periodistas, ni fotógrafos, ni prácticamente diputados. Menos de un 1% de los escaños del hemiciclo están hoy ocupados. A duras penas una treintena de los 350 que hay. Es la estampa que ha dejado la crisis del coronavirus en la comparecencia histórica de Pedro Sánchez para explicar la situación de estado de alarma. En total hay 40 personas: el presidente, 28 diputados, cinco ministros, el secretario general del Congreso, dos letrados, dos fotógrafos, un ujier y una taquígrafa. 

 

"Es inusual", ha reconocido la presidenta de las Cortes para inaugurar la sesión y dar paso al presidente español. Ante si, un hemiciclo prácticamente desierto. En la bancada del gobierno, los imprescindibles. Él y los ministros responsables de la gestión de la emergencia: el de Salud, Salvador Illa, el de Interior, Grande Marlaska, la de Defensa, Margarita Robles, y el de Fomento, Jose Luis Ábalos, así como la vicepresidenta Carmen Calvo. En el resto de asientos, contados diputados que guardan como mínimo una silla de separación entre ellos. De hecho, la mayoría, dos. Alguno de ellos se ha puesto incluso mascarilla. Entre orador y orador, una trabajadora del servicio de limpieza, Valentina Cepeda, sube a la tribuna para desinfectar el atril, entre los aplausos de lso diputados presentes. 

Para evitar contagios, la presidencia del Congreso trasladó a los grupos la necesidad de regular la asistencia y limitarla a un 5% de cada grupo con un mínimo de un representante. Además, se decidió restringir el acceso a los trabajadores de los medios de comunicación, que paradójicamente no pueden cubrir in situ la comparecencia más trascendental de las últimas décadas. Y es que no hay precedentes de la implantación en España de un decreto de estado de alarma como el actual, que muy probablemente se alargará más de las dos semanas previstas inicialmente.

Ni JxCat, ni la CUP, ni Bildu ni tampoco Ciudadanos asisten presencialmente al pleno por razones de seguridad. Arrimadas, embarazada, ha pedido poder replicar a Sánchez por vía telemática.

Por parte del PSOE hay seis diputados, encabezados por Adriana Lastra. Como la indicación del gobierno es evitar los desplazamientos, todos ellos son de Madrid. En el caso del PP está Pablo casado y cuatro representantes populares más, entre los cuales Cayetana Álvarez de Toledo. VOX, que en principio tiene todos sus diputados en cuarentena desde que se supo que Javier Ortega Smith se había contagiado y escapado el virus durante el congreso del partido en Vistalegre -infectando al propio líder de ultraderecha Santiago Abascal- ha decidido enviar su portavoz, Ivan Espinosa de los Monteros y dos miembros más que en principio habrían dado negativo a la prueba del Covid-19.

A diferencia del consejo de ministros del sábado pasado, no está Pablo Iglesias, en cumplimiento del confinamiento recetado después de que su pareja, la también diputada y miembro del gobierno Irene Montero, hubiera dado positivo. En nombre de Podemos acuden Pablo Echenique y Enrique Santiago. Con respecto a los partidos independentistas, el único representante presente es Gabriel Rufián, sentado en el extremo opuesto de Aitor Esteban, del PNV.

La ausencia de la inmensa mayoría de diputados no será un problema, sobre todo porque no está prevista ninguna votación. Pedro Sánchez no tiene límite de tiempo para su intervención, que ha arrancado a las 9 de la mañana. Después hablarán durante 15 minutos los portavoces de los grupos por orden de mayor a menor, abriendo un turno de réplica de cinco minutos más.