El cordón sanitario contra la extrema derecha, que incluso había sumado a los independentistas, ha fracasado. Ni siquiera ha hecho falta entendimiento para que los ultras estén en la Mesa. Así, en la segunda votación este martes en el Congreso de los Diputados, Vox ya se ha hecho con una vicepresidencia, la cuarta, que recaerá en el diputado Ignacio Gil Lázaro. Finalmente les ha bastado con sus propios votos. Ante la falta de acuerdo de las derechas, era posible frenarlos. Los números de los progresistas daban para dejarlos fuera, pero el PSOE ha preferido asegurarse la vicepresidencia primera. Ciudadanos ha quedado fuera de la ecuación.

Incluso los diputados de ERC y JxCat, que han votado nulo en la votación de la presidencia, han decidido participar de las otras votaciones apoyando a Gerardo Pisarello y Gloria Elizo, de Unidas Podemos. La CUP también estaba predispuesta. Pero no ha sido posible frenar a los ultras. La circunstancia ha sido que el candidato de Vox ha salido adelante sólo con los votos de los 52 diputados de la extrema derecha. Al no haber un tercer candidato de los progresistas ha sido elegido vicepresidente cuarto.

Así, los vicepresidentes de la cámara, por este orden, serán Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (PSOE), Ana Pastor (PP), Gloria Elizo (Unidas Podemos) e Ignacio Gil Lázaro (Vox).

Ahora se tiene que celebrar una votación más. Es la última, para los cuatro secretarios de la Mesa de la cámara baja, escogidos por orden de más votados. Se mantendrá la mayoría progresista de la Mesa, de cinco contra cuatro, pero por primera vez entrará la extrema derecha en el máximo órgano de gobierno de las Cortes españolas.

Los números daban

Con los números de la votación en la mano, era posible hacer el cordón sanitario. Los candidatos del PSOE y Unidas Podemos han recibido un total de 185 votos. Si se hubieran repartido entre tres candidatos, la extrema derecha no habría entrado en la Mesa, aunque la vicepresidencia primera habría recaído en la popular Ana Pastor.

Vox carga contra el PP

Vox no ha desperdiciado la ocasión para cargar contra el PP, por prestar votos a Ciudadanos para una secretaría, sin éxito. "Si el PP, en lugar de apoyar a Cs, que era un voto inútil, hubiera apoyado a Vox con 18 votos, habría una secretaría del PP y otra de Vox", han denunciado. Pese a la entrada de Vox, la mayoría progresista de la Mesa ha aumentado de cinco a seis miembros, contra tres de la derecha.