"Es evidente que así no pueden seguir las cosas". Es la frase que pronunciaba esta noche en conversación con ElNacional.cat una fuente bien conectada de Esquerra Republicana, minutos después de anunciarse que el candidato a la presidencia, Pere Aragonès, comparecerá este sábado para estrechar todavía más la presión sobre Junts per Catalunya. Será después de reunir la ejecutiva nacional del partido en Barcelona. Más allá de las palabras optimistas de esta mañana, la impaciencia crece ante la evidencia de que sigue el bloqueo en los temas esenciales: la hoja de ruta independentista y la estructura de gobierno.

Tal como ha avanzado este diario, después de haber escuchado la comparecencia pública de esta mañana del secretario general juntero, a Jordi Sànchez, Pere Aragonès ha liberado su agenda, anulando el acto público que tenía previsto en un instituto de Barcelona. La intención, según apuntan fuentes de su entorno, era aprovechar el permiso penitenciario de Sànchez para acabar de cerrar el acuerdo definitivo. Desde de ERC lamentan que aunque el vicepresidente en funciones ha vaciado su agenda para poder adelantar trabajo en este sentido, no se ha podido reunir con el líder de Junts. Sin embargo, dicen, sigue trabajando para intentar ligar el apoyo a su investidura en las próximas horas.

La amenaza de elecciones

A pesar del positivismo de Sànchez de este viernes, desde de ERC admiten que no las tienen todas. El desacuerdo sobre el poder que tendrá que tener el Consell per la República sigue vivo. Junts quiere que sea el marco donde actúe la nueva comandancia del procés, en cambio ERC pide que las decisiones se tomen de manera autónoma al ente dirigido desde Waterloo. Con el escollo principal todavía para resolver, tampoco se ha ligado como se repartirán las carteras al nuevo gobierno.

A primera hora de la mañana Marta Vilalta, secretaria general adjunta y miembro del equipo negociador, ha lamentado que intuyen que hay una parte de Junts que prefiere ir a elecciones. Un extremo que Sànchez ha reducido a posicionamientos personales pero no de la ejecutiva del partido. Por si acaso, en ERC se guardan la carta de gobernar en solitario. Una propuesta que recuerdan que nació del propio Jordi Sànchez. El aval de Junts seguirá siendo indispensable si se acaba optando por esta alternativa.

El mejor de los escenarios con el cual trabaja ERC -que es que haya entendida- sitúa como imprescindible que se pueda anunciar ya un principio de acuerdo antes del domingo, de manera tal que Junts pueda someterlo a votación de su militancia la semana entrante. En paralelo, hará falta un margen de tiempo para acabar de encajar lo que pacten los futuros socios de gobierno con el documento que los republicanos sellaron con la CUP. En este sentido, confían en que no será necesario que los anticapitalistas vuelvan a celebrar una asamblea para ratificar el acuerdo, porque lo que se firme con Junts no modificará sustancialmente lo que se ha cerrado con los cupaires.