El jueves pasado se vivieron mucho nervios en el Parlamento Europeo, pero quien los vivió, principalmente, fueron los eurodiputados españoles, que no supieron admitir que la sentencia del TJUE supuso una victoria sin paliativos del independentismo, que ha conseguido que se confirme la inmunidad de Oriol Junqueras como electo del Parlamento Europeo y por lo tanto fue juzgado en falso, y que además ha hecho que Carles Puigdemont y Toni Comín sean reconocidos como eurodiputados de pleno derecho.

El diario francés Libération, de la mano del periodista Jean Quatremer, ha hecho una crónica de los hechos bajo un duro titular: "Crisis de nervios española en Estrasburgo", donde se hace eco de la polémica causada por la eurodiputada española del PSOE Iratxe García, mano derecha y persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez en la Eurocámara, que intentó presionar al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, para que no se pronunciara sobre la sentencia del TJUE hasta pasado fiestas, tal como ya explicó el corresponsal de La Sexta, Alberto Fernández.

Con lujo de detalles, el cronista explica cómo ya el domingo al mediodía había bastante expectación por la reacción de Sassoli a la sentencia del TJUE, conocida en aquel momento y como "con una treintena de minutos de retraso", Sassoli, "un poco más vívido de lo habitual" apareció en el pleno para leer una declaración en la que se especificaba que se cumpliría con una sentencia en que quedaba claro que España "no puede exigir a los electos que presten primer juramento de fidelidad a la Constitución española para ser diputados reconocidos".

España pierde los papeles

Pero lo que importa, siempre según Quatremer, es lo que pasa entre bastidores, porque "tres separatistas catalanes odiados", entre los cuales Carles Puigdemont, podrán acceder a la condición de eurodiputados "y sobre todo disfrutar de la inmunidad parlamentaria, lo que los hará intocables".

"Peor", continúa Quatremer, la sentencia deja claro que "la condena de Oriol Junqueras a 13 años de prisión por 'sedición' es ilegal, ya que se pronunció después de las elecciones". Por eso explica cómo los eurócratas españoles intentaron aplazar algún tipo de decisión, y aquí el cronista apunta a una conexión entre este intento de aplazarlo y el hecho de que en su momento, "el Parlamento y la Comisión dieron apoyo a España ante el Tribunal de Justicia", lo que ahora los deja en evidencia.

El episodio con Iratxe García es relatado de esta manera: "La española Iratxe García, presidenta del grupo socialista, exige entonces una reunión antes de la reanudación del pleno". Habrá una reunión en "una sala privada del hemiciclo de Estrasburgo en presencia de un enjambre de eurócratas". La reunión sube de tono cuando la eurodiputada del PSOE se da cuenta de que Sassoli se mantendrá firme en su posición y pierde los nervios.

"¡No le puedes hacer eso a España!"

"¡No le puedes hacer eso a España!", gritó García, la cual, encolerizada, "lanzó sus papeles al suelo". Sassoli sin embargo, "no cedió ante la violencia de la española".

Quatremer apunta que en toda aquella situación, desde la parte española se intentó disimular la ida de Puigdemont y Comín al Parlamento Europeo para recoger su acreditación intentar minimizar los hechos. Según Libération los eurodiputados españoles pasaron nervios, mucho nervios.