El edificio de la Via Laietana número 43 ha sido el epicentro de las protestas postsentencia. Cada vez que los manifestantes conseguían superar el blindaje policial de los alrededores y plantarse delante de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Barcelona, gritaban: "Este edificio será una biblioteca". Aquella proclama recogía una reivindicación histórica, la de expulsar al cuerpo policial del centro de la ciudad y reconvertir el edificio en un centro de memoria de la lucha antifranquista. Estos días, la presión para alcanzar este objetivo se ha intensificado. Este mismo miércoles, coincidiendo con el 44.º aniversario de la muerte del dictador, Òmnium Cultural, la Fundación Josep Irla, la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo y la Asociación Cipriano Garcia han organizado un acto bajo el lema "Via Laietana: basta de impunidad".

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Hace solo unas horas, el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una proposición de ERC en la misma dirección, que ha contado con la complicidad de JxCat y los Comunes, pero también del PSC. Uno de los puntos principales que se contemplan es que la titularidad de la sede de la policía española pase a manos o bien de la Generalitat o bien del consistorio, y que los agentes sean trasladados a otras comisarías. Una vez en manos de las instituciones catalanas, el siguiente paso sería proceder a la museización de las instalaciones. De hecho, ya en 2017 el Congreso de los Diputados aprobó una iniciativa en la misma línea, con los únicos votos en contra del PP.

La primera ocasión en que se hizo una solicitud en este sentido se remonta a los 90. Hasta ahora, lo único que se ha conseguido es la colocación de una placa que recuerda las torturas que durante tantos años se vivieron en aquellas dependencias, ubicada en la acera justo delante de la jefatura. Un memorial que horas después de su instalación sufrió varios ataques vandálicos. Todavía hoy resiste, pero sigue siendo objeto de sabotajes.

El acto celebrado esta mañana ha contado con el testimonio de algunas de las víctimas de la represión aplicada durante la posguerra, como es el caso de Carles Vallejo, presidente de la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo. "La sede de la Gestapo autóctona era la sede de la policía de Via Laietana". Asimismo, ha rememorado como "salir de la Via Laietana e ir a la prisión era una liberación porque se acababa la pesadilla".

La voluntad de las entidades que presionan para reconvertir el espacio aspiran a que la reforma abarque también la totalidad de la Via Laietana. Secundan la iniciativa una cincuentena de entidades.

Torturas en blanco y negro y en color

El Estado compró el edificio de la Jefatura Superior de la Policía Nacional el año 1929. Durante la República había sido la Comisaría de Orden Público de la Generalitat. Desde estas dependencias, Lluís Companys organizó la resistencia catalana al golpe de estado rebelde. Pasada la Guerra Civil, se convirtió oficialmente en la Jefatura Superior de la policía española en Catalunya, y sede de la Sexta Brigada de Investigación Social, popularmente conocida como la Brigada Político-Social, encargada de reprimir cualquier oposición al régimen. Ya después de la Transición, numerosos presos comunes y políticos siguieron sufriendo la brutalidad policial.