Ni durante los meses de septiembre y octubre de 2017 se habían vivido en el Parlament de Catalunya escenas de tan alta tensión como la que se ha producido este jueves al acabar el debate de política general. En el centro de todos los focos, el grupo parlamentario de Ciudadanos, especialmente sus dos máximos representantes en Catalunya, Lorena Roldán y Carlos Carrizosa.

Esta semana el partido de Albet Rivera e Inés Arrimadas ha dado un paso más en su particular estrategia de crispación con el independentismo. Si el miércoles Roldán ligaba los CDR con ETA, lejos de retractarse, 24 horas después tanto ella como el portavoz del partido han insistido en dibujar un panorama de emergencia donde los miembros del Govern "se dedican a ovacionar a los terroristas".

Instantes después de haber sido expulsado del hemiciclo por parte del presidente Roger Torrent, que antes le ha llamado al orden tres veces, Carrizosa ha comparecido ante la prensa escoltado por todos los diputados de su grupo, con un ademán entre tenso e indignado. Ha afirmado sentirse "amenazado, como la mayoría de catalanes", ha denunciado que su expulsión es una infamia y con un tono desafiante ha advertido: "Nunca flaquearemos".

Ante este escenario "de acoso" que aseguran que están sufriendo, desde Cs señalan la irresponsabilidad de Pedro Sánchez. "Es intolerable que ante un parlamento que anima a los terroristas, a los que quieren poner bombas en el Parlament, siga en silencio", ha sentenciado Carrizosa. Dirigiéndose directamente al presidente en funciones le ha preguntado: "¿Qué más tiene que pasar? ¿Tiene que morir alguien para que tome cartas en el asunto y revoque los poderes a los que nos amenazan y protegen a los terroristas?".