La Fiscalía vio ayer indicios delictivos de blanqueo de capitales y fraude fiscal a la hacienda pública en el rey emérito Juan Carlos I por su participación en la construcción del AVE a la Meca, pero tras toda esa investigación se encuentra el fiscal suizo Yves Bertossa, el cual actuó por iniciativa propia para investigar las cuentas del padre del actual rey español.

Según avanza El País, en 2018 Bertossa registró el despacho en Ginebra del abogado y gestor financiero Arturo Fasana, donde encontró la documentación que acredita que el primer beneficiario de la fundación panameña Lucum y la cuenta abierta a su nombre en el banco suizo Mirabaud era Juan Carlos I.

En esa cuenta hay registrados varios depósitos, el primero de los cuales ascendía a 100 millones de dólares (64,8 millones de euros) procedentes de una donación de la casa real saudí. Además, gracias a sus pesquisas se pudo establecer que en el momento de cerrar la cuenta, en junio de 2012, todo el dinero que había en ese momento fue transferido a una cuenta de las islas Bahamas a nombre de Corinna Larsen, examante de Juan Carlos, a quien, supuestamente, le regaló el dinero.

Por todo ello se abrió un caso en Suiza por presunto blanqueo agravado de capitales contra los principales protagonistas del entramado financiero, con excepción del titular de la cuenta, es decir, Juan Carlos I. En esa causa están investigados Fasana; el gestor externo de la cuenta del Rey emérito, Dante Canonica, y Corinna Larsen, que aún hoy guarda 39 de los 64,8 millones en un banco de EE.UU., el Fieldpoint Private Bank.

Según el medio citado, ahora la incógnita es si Bertossa pedirá que declare Juan Carlos. El fiscal suizo envió a la Audiencia Nacional española una comisión rogatoria en la que describía todos los movimientos de la cuenta del rey emérito, pero aún no ha remitido a España la documentación prometida.