Pablo Casado está muy crecido desde el 4 de mayo. No por méritos propios, sino de los de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas. Hoy el líder estatal del Partido Popular ha aprovechado el principio de acuerdo de gobierno entre ERC y Junts per Catalunya para redoblar la presión sobre el Gobierno de coalición. Ha puesto encima de la mesa la cuestión de los indultos a los presos políticos independentistas, que está pendiente sólo del informe del Tribunal Supremo antes de ir a parar a la mesa del Consejo de Ministros. Y ha avisado: no puede concederles el derecho de gracia.

En un acto este lunes al mediodía en Madrid, Pablo Casado ha denunciado que, después del preacuerdo de investidura anunciado, "el independentismo catalán avanza en un viaje ninguno hacia ninguna parte con Sánchez de copiloto" y que el Gobierno, que "hace aguas", está dispuesto a cesiones al soberanismo para mantenerse en La Moncloa. Y ha lanzado su aviso a navegantes: "Si acepta los indultos, la legislatura habrá acabado". Ha criticado que hoy mismo ha escuchado a "miembros del Gobierno diciendo que no descartaban" conceder los indultos a los dirigentes independentistas. Ha advertido que "la situación económica, social y territorial en España es límite". El dirigente conservador ha reclamado al ejecutivo central "responsabilidad, respeto y sensibilidad".

¿Qué ha dicho en realidad el Gobierno hoy sobre los indultos? La dirigente socialista María Jesús Montero no se ha mojado nada sobre esta carpeta. En una entrevista en la Cadena SER este lunes por la mañana, la portavoz del Gobierno ha repetido las mismas generalidades de los últimos meses y semanas, remarcando que los expedientes todavía se encuentran en trámite y no se pueden pronunciar. En todo caso, ha concluido Montero, todo esto "no afecta al futuro de Catalunya".

Mañana habrá una primera muestra consistente de cómo ha quedado el mapa político español después de Madrid, con la publicación de un nuevo barómetro del CIS que permitirá visionar tendencias.

La Moncloa: "Abandonen la unilateralidad"

Las reacciones desde Madrid al principio de acuerdo entre ERC y Junts no se han hecho esperar. Después de que las dos formaciones independentistas se hayan entendido para desbloquear la investidura y conformar un nuevo Govern, desde La Moncloa enviaban un mensaje pocos minutos después: que se abandone la unilateralidad y se apueste por el diálogo entre el Estado y la Generalitat. De hecho, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha confiado en que la mesa entre los dos gobiernos, congelada desde hace más de un año, pueda volver a caminar dentro de los "límites del respeto constitucional".