El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, convocó ayer viernes a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a una reunión a la sede nacional del partido. Así lo ha comunicado desde el PP este sábado, en un comunicado donde también han lamentado los acontecimientos de los últimos días. Casado, en esta reunión, pidió a Ayuso que hiciera un comunicado reculando y diciendo que el PP no lo había investigado. También le dejó claro que el partido "nunca ha ordenado ninguna investigación sobre las actividades profesionales de su entorno".

Aunque la reunión fue "infructuosa", Ayuso aportó la información que se le había exigido sobre la supuesta comisión cobrada por su hermano, que ya dijo que sólo se trataba de una intermediación a cambio de 55.580 euros. Estas explicaciones han motivado a una dirección nacional popular muy erosionada por los barones, medios de comunicación y entorno de Ayuso a anunciar que el Comité de Derechos y Garantías se reunirán para cerrar el expediente a "cambio de nada". Es decir, Casado tira del freno de mano, da marcha atrás, y ahora sí que le sirven las explicaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid y empieza a dar pasos para acabar con la maniobra disciplinaría que su hombre de confianza, Teodoro García-Egea, inició con mi dura en reacción a la rueda de prensa del jueves pasado de Ayuso.

El presidente nacional ha declarado que "el comunicado hecho público por la Comunidad de Madrid aportando la información requerida sobre la contratación de emergencia durante la pandemia se incorporará al expediente informativo abierto por el Partido Popular para concluir satisfactoriamente". Además, ha asegurado que "nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales de su entorno y que emprenderá acciones legales contra cualquiera que afirme el contrario". Casado con este movimiento baja la escalada de tensiones entre Ayuso y Génova, después de haber escenificado actuaciones nunca vistas en política española, como son las acusaciones de tráfico de influencias y el espionaje sucio.

Ayuso, la preferida

La guerra entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado ha dejado el partido dividido, pero buena parte de los votantes ya tienen claro de qué bando están. Según la encuesta de IMOP-Insights que publica este sábado El Confidencial, un 71% de los votantes populares la quiere como presidenta del Gobierno. Sólo un 14,5% votaría por el liderazgo actual del partido, Pablo Casado.

Y no sólo eso. De entre las personas consultadas, más de la mitad - un 59% - muestran su apoyo a la presidenta de la Comunidad de Madrid y creen que tiene razón al denunciar que han fabricado "presuntas corrupciones" para hacerla fuera del partido. Otra vez, Casado queda en minoría: sólo un 8% está a favor de su versión.

Los votantes populares, según el resultado de la misma encuesta, no se han visto afectados por las acusaciones de corrupción que en las últimas horas han salpicado a la actual presidenta de la Comunidad de Madrid por los contratos a su hermano. De hecho, confían en que tampoco afectaría a los resultados del Partido Popular en un escenario de elecciones generales. Un 77% cree que con un liderazgo de Ayuso el partido tendría opciones de ganar al PSOE. Por la contra, sólo un 15% cree que si Pablo Casado se mantiene el frente, podrían desbancar a Pedro Sánchez.