El divorcio entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado es ya una realidad. Ha sido después de que se hayan publicado, en varios medios, informaciones sobre supuestos casos de corrupción vinculados al hermano de Ayuso e intentos de espionaje a la presidenta madrileña. En una comparecencia sin preguntas desde la Puerta del Sol, la dirigente conservadora ha pasado al ataque. No sólo ha negado los contratos irregulares, sino que también ha disparado contra la dirección estatal del PP. Ha denunciado una maniobra de Génova: "Es muy doloroso que dirigentes de mi partido, en lugar de darte apoyo, sean los que te quieren destruir". El objetivo, ha asegurado, era inventarse un "dossier" para desprestigiarla "personal y políticamente" para apartarla de la carrera por la presidencia del PP de Madrid.

 

Según las informaciones publicadas, Ángel Carromero, director general de Coordinación del Ayuntamiento de Madrid, habría intentado conseguir información sobre un contrato adjudicado por la Comunidad de Madrid a un supuesto empresario amigo de Ayuso por la compra de mascarillas. Carromero, que hoy es el director general de Coordinación del Ayuntamiento de Madrid, es una persona muy próxima a Teodoro García Egea, secretario general del PP y mano derecha de Pablo Casado. Primero Génova habría intentado buscar información sobre este contrato, sobre Tomás Díaz Ayuso y sobre los movimientos bancarios de este y de la empresa, por si hubiera habido comisiones. Como no lo habrían conseguido, se habría pedido un presupuesto a una agencia de detectives privados. No se habría ejecutado por el precio del servicio y la dificultad para no levantar sospechas.

En una declaración desde la sede del gobierno regional, visiblemente molesta, Isabel Díaz Ayuso ha asegurado que "nunca se habría podido imaginar que la dirección nacional habría actuado de una manera tan cruel". Ha llegado a decir que es "lo peor que se puede esperar de los políticos", porque no hay una sola prueba en contra de ella; sólo "se han fabricado presuntas corrupciones". Ha achacado la maniobra a sus planes para presidir el PP de Madrid, algo que Génova querría evitar. "Solo quiero que se dé voz a los afiliados y que se actúe de acuerdo a la Ley, porque se está incumpliendo la Ley de partidos", se ha defendido.

"Las afirmaciones se están publicando provienen del entorno de Pablo Casado", ha asegurado Ayuso, quien ha rebatido que "si querían aclarar algún contrato sólo debían pedirlo, porque todos están en el portal de transparencia". Frente a esto, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido que se depuren responsabilidades, tanto en la cúpula del partido regional como a nivel estatal. La lideresa madrileña ha acabado con un dardo contra la actual dirección estatal: “He devuelto mi compromiso con Casado pasando de los 22 escaños a la mayoría absoluta que creo que tenemos hoy. Quisiera saber cuántos votos han logrado para el PP todos los que llevan meses dedicados a atacarme”.

"Nada ilegal"

Ayuso, que ha hecho público el contrato para la compra de mascarillas, ha asegurado que "no hay nada ilegal", que "es un contrato de la primera ola de la pandemia cuando todas las administraciones buscaban material sanitario" y que ha sido fiscalizado "por la intervención general". También ha recordado cómo su hermano hace 26 años que es "comercial en el sector sanitario", y que nunca le ha ayudado para "lograr absolutamente nada". "Espero que la dirección nacional del PP pruebe que yo obligué a realizar algún contrato, que ha habido tráfico de influencias, que prueben que yo no soy honrada", ha desafiado.

Silencio de Génova

El Partido Popular negó "tajantemente" las informaciones en un breve comunicado anoche, donde también amenazaba con tomar "las medidas judiciales oportunas ante estas falsedades" contra los medios que las publican. Pero esta misma mañana Teodoro García Egea ha anulado un acto en Alicante y la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, una entrevista prevista. De Génova sólo sale el silencio, más allá de José Luis Martínez Almeida, que ha negado las informaciones. Eso sí, ha dejado claro que hablaba como alcalde de Madrid y no como portavoz estatal del PP. De hecho, ni Pablo Casado ni Teodoro García Egea han aparecido hoy por el Congreso, pese a que había votaciones.