El malestar del exconseller de Economia i Coneixement, además de catedrático de Harvard, Andreu Mas-Colell, se ha hecho notar en un debate organizado por la fundación Diario Madrid, junto al exdirigente socialista Joaquín Almunia, este lunes cuando un espectador le ha atribuido al catalán la frase "Espanya ens roba". El oyente le increpaba por unas palabras del mismo Mas-Colell minutos antes, donde aseguraba que la cuestión catalana presente no tenía una raíz profunda en el dinero. El exconseller ha negado en todo momento la autoría de la coletilla, pero sí se ha reafirmado en su punto: que mientras Moncloa hace promesas de inversiones millonarias en infraestructuras, el soberanismo sólo se contentaría votando en un referéndum.

"El tema catalán tiene poco que ver con la financiación", ha dicho Mas-Colell, después de los múltiples intentos del ejecutivo central para que el president Carles Puigdemont asistiera a la conferencia de líderes autonómicos, y más tarde, enviara un equipo técnico al grupo de trabajo encargado de la reforma de este sistema. El exconseller ha argumentado que la demanda soberanista es una cuestión política, debido a la caída del Estatut de Autonomía el año 2010. Este hecho habría "roto" el amplio apoyo que la Constitución recibió en Catalunya durante la Transición, como también argumenta el profesor en Derecho Javier Pérez Royo. "No tendría que extrañar, entonces, el auge del soberanismo", ha zanjado.

Ante la negativa de Moncloa al referéndum, el exconseller se ha preguntado si cabía esperar que pasara algo para frenar el choque de trenes. "Si no pasa nada, vamos directos. Aquello que no tiene que pasar más es la utilización masiva de los tribunales", ha dicho, criticando la forma como se había enfrentado el juicio por el 9-N y las posteriores inhabilitaciones de los exconsellers Francesc Homs, Joana Ortega, Irene Rigau y el expresident Artur Mas. "La esencia del asunto no es si fue legal, sino que en un país democrático tendría que ser legal", ha añadido.

Su propuesta firme es el referéndum, como ha explicado. "No veo salida si no es así". Mientras tanto, cree que una forma de amortiguar el golpe entre ejecutivos sería el Congreso de los Diputados. La idea es que el Parlament remitiese una propuesta de iniciar con el Estado "una negociación política sobre el futuro de Catalunya", y a partir de aquí, votar sobre el referéndum. Cree que eso sí está incluido en la legalidad española vigente. "Tendría un efecto tranquilizador sobre la opinión catalana", ha expuesto al respecto.

Almunia, por su parte, ve al soberanismo como un "rechazo" a la sentencia del Tribunal Constitucional, pero ha sido crítico con un derecho a decidir "que no conduce a ningún sitio" por "ambiguo". Sí cree que la Declaración de Granada –donde el PSOE se compromete al federalismo– no es la solución inmediata, sino una de largo plazo. En el corto, apostaría el socialista para incluir una disposición adicional en la Constitución, que tenga en cuenta la singularidad de Catalunya. "Por razones históricas, que se reconozcan unos derechos históricos. Una vía de salida que no sea confrontacional. Ya sabemos quién ganará y eso enquistaría el problema", ha dicho sobre el ejecutivo de Mariano Rajoy.

En el apartado internacional sobre el procés, Almunia ha explicado el argumento habitual del unionismo sobre que Catalunya quedaría fuera de la Unión Europea y tendría que pedir el ingreso, pero Mas-Colell ha dicho que la situación en realidad sería de un limbo. "España no llamará a Bruselas para que la veten" porque eso sería reconocer que es una unidad con capacidad soberana.

La Hacienda, también

Mas-Colell, sin embargo, ha dejado algunas notas a los espectadores sobre la situación fiscal en España y los problemas de integración territorial que se derivan de ello. La primera, que un Estado donde País Vasco y Navarra conformaran una "primera línea" con un pacto fiscal, y el resto de comunidades –la catalana incluida–, una segunda, no resolvería la cuestión monetaria, y sería irrealizable. "La hacienda española no sería viable si Catalunya recibiera el mismo trato que las otras dos", ha remachado. En última instancia, ha recordado que estando en el cargo de la conselleria, él siempre abogó porque las negociaciones entre autonomías y Estado se hicieran de forma "bilateral", de manera que la Generalitat no "alterara" la situación para el resto.

Almunia, a su vez, ha valorado el liderazgo catalán en los Consejos de Política Fiscal y Financiera, pero sí comparte la crítica a las diferencias entre comunidades. Su propuesta pasaría porque la financiación fuera por cápita, de manera que el dinero sería asignado de forma igualitaria en proporción en la población. Aquí ha sumado una segunda propuesta que es propia del programa del PSOE: el principio de ordinalidad, es decir, que los que más aportan más reciban, de manera que su gasto pueda ser mayor.