Después de su primera reacción a la victoria de 'no' en la consulta de Junts sobre si el partido tenía que continuar en el Govern, Carles Puigdemont ha reflexionado a través de las redes a esta decisión que supone un gran descalabro en la política catalana, donde ERC, con solo 33 diputados, gobernará en solitario a la Generalitat de Catalunya, ya que el president Pere Aragonès ha descartado a priori unas elecciones y está previsto que en los próximos días anuncie a los consellers que sustituirán los que hasta este viernes tenía Junts al Ejecutivo. Después de agradecido a los militantes su "lección magistral de democracia", porque han participado en esta consulta de manera masiva (casi un 80% de los afiliados) y "han demostrado porque se han apuntado al partido", Puigdemont ha repasado que significa para la política catalana esta nueva situación y ha hecho su propio análisis.

Para el president, con esta votación y también la victoria del 'no', los militantes de Junts "han desmentido la narrativa hegemónica, unánime en algunos de los grandes medios de comunicación, que ha buscado la denigración del proyecto político de Junts y se ha abonado, sin ningún esfuerzo intelectual que el simple prejuicio, al discurso que eso era "antipolítica". A pesar de que el presidente haya considerado un éxito esta consulta, teniendo en cuenta su alta participación, también cree que eso no hará que se respete Junts, pero "da igual", ya que "hoy los afiliados de Junts han demostrado que saben tomar las decisiones por sí mismos, y eso ya es ganar. Al margen del resultado, todos hemos ganado gracias a la responsabilidad de los afiliados". Durante los días previos a la consulta, tanto los partidarios del 'sí' como del 'no', habían querido destacar precisamente el hecho de que una decisión tan importante se tome teniendo en cuenta la opinión de los afiliados, fuera cual fuera.

Un debate evitado hasta ahora y clave para el país

El resultado de la consulta supone el Govern en solitario de ERC por primera vez desde la Segunda República e implica que Junts pase a la oposición, donde el principal partido seguirá siendo el PSC, ya que cuenta con un diputado más que los de Jordi Turull y Laura Borràs. En este contexto y con esta decisión, Carles Puigdemont asegura que su partido y del cual fue el president hasta el pasado mes de julio, cuando le pasó el relevo a Borràs, "ha conseguido forzar un debate de país", un debate "que el país tiene pendiente y que a pesar de la insistencia, hay sectores que no quieren tener. El debate sobre la estrategia para la independencia, sobre qué uso damos a los instrumentos del autogobierno, sobre la relación con Madrid...". Todo proviene del hecho de que desde Junts se había ido denunciando que el president Aragonès no cumplía con los acuerdos sobre el eje nacional que permitieron su investidura, concretamente la dirección estratègica, la unidad del independentismo en Madrid y la mesa de diálogo.

Este debate, reitera Puigdemont, "ha interesado mucho más allá de los límites del partido. Y eso es hacer Política; por eso sirven los partidos. En este sentido, mi agradecimiento a los diferentes líderes que han fomentado el debate público, proponiendo argumentos, trabajando para convencer," ya que en los últimos días la gran mayoría de cargos de Junts, menos su secretario general, han posicionado sobre la consulta "han hecho lo que se esperaba de ellos: debatir, contrastar. Han enseñado la diferencia entre el pensamiento único de algunos partidos y el pensamiento plural de Junts. Seguramente los que desde fuera se han preocupado tanto por la salud de Junts, ahora buscarán la división interna. Se equivocarán", sentencia el president, negando que este resultado generen problemas dentro de la misma formación.

Finalmente, Puigdemont ha agradecido la tarea de la dirección del partido, poniendo el foco en Laura Borràs y Jordi Turull, a quien ha dado las gracias por su trabajo y haber sabido "pilotar la nave en un momento extraordinariamente delicado. Su liderazgo sale claramente reforzado ante los asociados".