Siguen surgiendo nuevas informaciones referidas al caso de las mascarillas que compró el Ayuntamiento de Madrid a precio de oro al inicio de la pandemia a través de unos comisionistas que se enriquecieron en el peor momento de la crisis sanitaria. Ahora el juez del caso no solo se limita a descubrir si la estafa es por este coste inflado del material sanitario y las comisiones, sino también por el hecho de que este, llegado desde China, pudiera tener una calidad muy dudosa. Por eso, según destaca eldiario.es, este viernes declara Mario Tabasco, jefe de prevención de riesgos laborales de Madrid Salud que tendrá que explicar un correo electrónico que envió el 13 de abril del 2020, un día después de que llegara el material sanitario, donde denunciaba "problemas graves" con los certificados de las mascarillas. Las definió entonces como "bastante débiles", confirmando que se rompían y rompían con "relativa facilidad". Concretamente, lo envió a otros cargos de Madrid Salud: Antonio Prieto, gerente, y Rosa Cuenca, subdirectora del departamento de prevención y se refiere a las mascarillas KN95 que compraron a través de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño.

Dos problemas graves

En el correo, Tabasco identifica dos "problemas graves de las mascarillas": el primero, que no identificaba el número de organismos de notificación, aparte de no tener ningún tipo de certificado "de examen de tipo ni de producción". Además, la empresa encargada de hacer los certificados era Ente Certificacione Machine, un organismo que en aquel momento de la pandemia ya estaba bajo sospecha y el jefe de prevención de riesgos estaba al correinte: "El organismo que emite el certificado es ECM, que como os dije en otra ocasión, existe uno alerta del ministerio de Trabajo donde se indica que los certificados NO SON VÁLIDOS", alertaba en abril del 2020. Ahora, este trabajador tendrá que explicar ante el juez que se encontró en el momento que se puso a analizar las mascarillas que el Ayuntamiento había comprado en la China a través de Medina y Luceño.

¿Uso médico?

El correo acabó en manos de la polémica Elena Collado, responsable de compras municipales e interlocutora con los comisionistas: "Se supone que son FPP2, pero no aparecen los certificados que lo garanticen". Ante estas informaciones, Collado se lo hizo saber a Luceño y él contestó "eso que se rompen fácilmente, mejor no hago comentarios" para después afirmar a la funcionaria que las mascarillas KN95 eran equiparables con las FPP2 y que toda la documentación estaba en orden. Cabe tener en cuenta que Collado ya se veía a venir que algo no funcionaba antes de recibir el mensaje de Tabasco. Día 8 de abril se había puesto en contacto con Luceño por correo y le advirtió: "Nos han estafado". En la misma línea, días después de hablar con el jefe de prevención de riesgos laborales, Collado le enviaba un mensaje de WhatsApp a Luceño: "Necesitamos una confirmación que son válidas por uso médico. De momento no las utilizarán los trabajadores del SAMUR hasta que las hayan analizado".