El conseller de Interior, Miquel Buch, ha atribuido los disturbios que se produjeron en torno al Barça-Madrid de este miércoles a un grupo "minoritario violento" vinculado "a la extrema derecha".

El conseller ha indicado que hasta las ocho de la noche la situación se había desarrollado "de forma cívica y pacífica". También ha apuntado que el dispositivo cumplió los "siete objetivos" que se había propuesto y por eso ha valorado que la actuación policial fue "adecuada y ajustada a la realidad".

Con respecto a la acción que Tsunami Democràtic pretendía hacer dentro del Camp Nou con drones, Buch ha indicado que los Mossos d'Esquadra no lo conocían y que actuaron los "sistemas de inhibición del Barça" como hacen en todos los partidos.

"No puedo aceptar de ninguna de las maneras que la violencia se origina a partir de la policía", ha defendido Buch, que ha explicado que minutos antes de las ocho de la noche los Mossos acompañaron hasta el perímetro de seguridad del estadio un grupo de radicales "de extrema derecha" y que una vez allí se dispersaron. Minutos después, los volvieron a localizar agrupados y enfrentándose a un grupo de manifestantes independentistas, y fue cuando los Mossos actuaron para evitar el enfrentamiento.

El conseller ha destacado que hubo dos escenarios, el primero de los cuales, entre las cuatro de la tarde y las ocho de la noche, se desarrolló "con absoluta normalidad" y "de forma cívica y pacífica" y donde "decenas de miles de personas expresaron su queja, protesta, y convivieron con decenas de miles de personas que querían acceder al campo a ver un partido de fútbol".

"Molesta, molesta que haya personas heridas", ha explicado Buch preguntado por los periodistas que recibieron impactos de proyectiles de los Mossos d'Esquadra. "Lo lamento profundamente", ha añadido el conseller. Ha indicado que revisarán cómo sucedieron los hechos. Buch ha comparecido acompañado del secretario general del departamento, Brauli Duart, y del director general de la Policía, Pere Ferrer.

Durante el dispositivo se cumplieron los "siete grandes objetivos" que tenían los Mossos, ha indicado Buch, que eran garantizar el acceso de los jugadores y el árbitro al campo, el acceso de los aficionados, el normal desarrollo con una convocatoria de protesta en el exterior del campo, la celebración del partido y normalizar la situación ante cualquier incidente, la salida de los aficionados, jugadores y árbitros y finalmente la seguridad de todas las personas que asistían en torno al campo del Barça.